Volkswagen, de la mano de Mikkelsen, gana el último rally del calendario antes de despedirse definitivamente de la competencia. Como
era de esperar, el shakedown
del Rally de Australia se
ha disputado en condiciones soleadas y con los tramos completamente secos. Sin
sorpresas también, Sébastien
Ogier ha salido a
marcar el mejor tiempo en el corto tramo de pruebas de 5,02 kilómetros, sabedor
de que el resto del rally, al menos durante las
dos primeras etapas, lo tendría difícil para marcar los mejores
tiempos mientras abría pista.
El
piloto de Gap, que precisamente aquí
consiguió su tercer título Mundial en 2015, ha aventajado en
una décima a su compañero de equipo, Andreas Mikkelsen que a su vez se estaba jugando el subcampeonato con los distintos pilotos de Hyundai. Ott Tänak, que
estaba llamado a ser el primer piloto de M-Sport la primera temporada antes de que el
anuncio del adiós de Volkswagen supusiera un terremoto en el mercado de fichajes, era tercero, a
casi un segundo del tiempo de Ogier y destacado entre los pilotos que se ponían
al volante del Ford Fiesta RS WRC en las antípodas.
En
cuanto a los pilotos de Hyundai, Thierry
Neuville empataba a la décima con Hayden Paddon,
mientras que Dani Sordo ha terminado noveno, tras los dos Ford del equipo
M-Sport. El español, también con opciones de terminar segundo de la
clasificación general, realizó un gran trabajo aquí el año pasado, llegando
incluso a ser líder. En este caso, el de Puente San Miguel terminaba a 2,7 décimas del crono de Ogier,
confirmando con su mejor tiempo en la tercera pasada que la pista va mejorando claramente con el paso de los
coches. Ajetreado
inicio del Rally de
Australia, manteniéndose el guion que se preveía en el que se
advertía un goteo de segundos por parte de Sébastien Ogier al abrir pista. Con
el francés sin poder luchar por los scratchs, ha sido Andreas Mikkelsen el que
ha tomado el testigo al frente de la general y tras los cinco primeros tramos el noruego era el
sólido líder de la cita oceánica en lo que sería un buen resultado
de cara a la lucha por el subcampeonato y una declaración de intenciones de un
Andreas que está buscando equipo para 2017.
No sólo
Ogier sufría abriendo pista.
Neuville, segundo en los tramos, también se encontraba con mucha sociedad,
en algunas zonas incluso se veía obligado a limpiar una nueva línea ya que le
era imposible seguir las trazadas del tetracampeón del Mundo. Los que salían más atrás se encontraban la pista con
mejor grip, especialmente los que montaban el compuesto duro, pero se veían
seriamente perjudicados por el polvo en suspensión. Entre
los candidatos a la victoria, el que no cumplía con las expectativas era de nuevo
Jari-Matti Latvala. Acosado todo el año por errores propios y
problemas técnicos, el finlandés se iba largo en una curva y chocaba con la
rueda trasera izquierda contra un puente. No debería retirarse, e incluso
podría hacer una reparación de emergencia en el enlace que sólo le suponía unos
segundos de penalización al llegar tarde al siguiente control, sin embargo, el ritmo que
mantenía el resto de bucle sería muy inferior, llegando a
dejarse en algunos tramos casi minuto y medio y temiendo incluso perder dicha
rueda por completo.
En
estas condiciones, no se hacía raro encontrarse a Ott Tänak peleando por los puestos de cabeza
hasta que un error y un problema con las notas en el cuarto tramo cronometrado
le hacía perder medio minuto y gran parte de sus opciones de lograr su
primera victoria antes de despedir la temporada 2016. Con Latvala KO y Ogier
diezmado por su posición de salida, Mikkelsen se
quedaba como principal candidato a cumplir con la orden dada desde la cúpula de Volkswagen: ganar
en la despedida del equipo. No
estaba exento de problemas Dani Sordo. El cántabro se colocaba a espaldas de
Mikkelsen en la tabla, pero reconocía
haber llegado dos minutos tarde al control del TC4 por perderse en el enlace,
algo que le supondría 20 segundos de penalización. Lo que parecía claro es que iba a ser un Volkswagen vs Hyundai, con Ogier
situado en cuarta posición entre los i20 WRC del primer equipo pilotados por
Paddon y Neuville.
Las
segundas pasadas del primer día nos han dejado la imagen de ver como uno a uno
los pilotos de Hyundai han ido perdiendo posiciones hasta dejar que fuera Sébastien
Ogier el que guardara las espaldas a su propio compañero de equipo a pesar de tener que abrir
pista. Un mayor agarre ha permitido al cuatro veces Campeón del Mundo de
Rallyes atacar durante la segunda parte de la jornada, lo que le ha permitido
escalar posiciones, situándose por delante de los dos Hyundai de Paddon y
Neuville. Para
cuando daba comienzo el segundo bucle ya
conocíamos la penalización a Dani Sordo tras llegar tarde al control del cuarto tramo cronometrado
del rally. El cántabro pasaba de ser segundo tras Andreas Mikkelsen a salir de
los cinco mejores puestos y a partir de ahí las sensaciones no han sido las
mismas, reconociendo no saber la razón por la que se estaba dejando tanto
tiempo. Buena parte de culpa la han
tenido los neumáticos, los cuales con las altas temperaturas
han sufrido un desgaste mayor del que se esperaba, algo que Neuville o el
propio Paddon, con un estilo de pilota más agresivo que el de sus compañeros,
también sufrieron.
Al
frente, Andreas Mikkelsen mantenía el ritmo y después de empezar la segunda
pasada por los tramos marcando el mejor tiempo en Utungun, veía como tanto Neuville como Ogier le batían en las
tres especiales que
venían a continuación. Aun así, el nórdico reconocía haber pasado unos
instantes de apuro cuando una botella de agua que llevaba en el coche para
rehidratarse entre tramo y tramo caía y se quedaba entre los pedales de su
Volkswagen Polo R WRC. Mucho
más definidas las luchas que durante la primera etapa, Hayden Paddon ha
decidido aprovechar su posición de salida para tratar de atacar las
posiciones de cabeza, sabedor de que se encontraba con mejor grip que los
pilotos que le precedían y tras un scratch
estratosférico en el primero de los tramos de la segunda etapa veía
mucho más cerca las posiciones de los dos pilotos de Volkswagen.
A
pesar de ello, el piloto kiwi tenía que lidiar con problemas en su habitáculo,
quejándose de que entraba demasiado polvo dentro de su Hyundai i20 WRC, lo
que le dificultaba seriamente la visibilidad. Los 50 kilómetros de Nambucca permitían al
neozelandés recortar más de 10 segundos a Mikkelsen, escalando
hasta la segunda plaza que hasta ese momento había ocupado Sébastien Ogier.
Sólo 13,5 segundos separaban a ambos, dejándonos entrever que Paddon estaba en
disposición de luchar por la victoria con el nórdico frente a centenares de
compatriotas desplazados hasta Australia. Las
variaciones en cuanto a estrategia eran contadas. La mayoría de pilotos
decidían apostar por el compuesto duro, del cual se decía que era demasiado
duro. Una de las pocas notas discordantes las ponía el tetracampeón del Mundo, Sébastien Ogier que
optaba por montar cuatro blandas en busca del grip que no tenía
abriendo pista. Neuville y Sordo cedían bastantes segundos, ambos aquejando
problemas con el polvo en suspensión. En el caso del belga, esto le alejaba de
la lucha por el podio, mientras que el cántabro se saltaba un cruce por la poca
visibilidad y tenía que engranar la marcha atrás, cediendo aún más segundos.
La
segunda especial del día nos dejaba según el propio Jari-Matti lo que era la
resurrección de Latvala después de estar más de medio año fuera de
juego. El finlandés lograba el scratch en el tramo de Valla con 7,8 segundos de
ventaja sobre Ostberg y Ogier, quedando patente que esta especial mejoraba
mucho con el paso de los coches, aunque Sordo se quejaba de que no era
suficiente. Ogier reconocía haber corrido
muchos riesgos al montar los neumáticos blandos,
pero que había sido la decisión correcta a pesar de que la jornada empezaba con
el mastodóntico tramo de más de 50 kilómetros. Otros como Mikkelsen aseguraban
que el francés se había equivocado, algo que en principio le favorecía a él de
no ser porque la nueva amenaza para el piloto de Volkswagen tenía nombre
neozelandés y menos aún que perder ante sus remotas opciones de ser
subcampeón. Sordo
era sexto tras superar a Eric Camilli, con Mads Ostberg a 13
segundos ocupando la quinta plaza.
El
segundo paso por los tramos de la etapa ha dejado una pelea en
la que Ogier no ha partido prácticamente en desventaja, es más, el piloto de Volkswagen salía
a los tramos sin apenas polvo en suspensión, algo que ni Mikkelsen, ni Neuville
podían decir. El tetracampeón en esta ocasión no buscaba una estrategia alternativa,
y al igual que el resto montaba neumáticos de compuesto duro, teniendo en cuenta
que la temperatura iba subiendo. Ogier
salía al ataque después del paso por la asistencia, con el objetivo de
recuperar la segunda posición de la general, e incluso el propio Andreas Mikkelsen reconocía que Sébastien le había asegurado
que le ayudaría a
conseguir el subcampeonato, sin embargo, viendo los tiempos del galo, al piloto
nórdico de Volkswagen le empezaban a surgir las dudas sobre el compromiso de su
compañero de equipo, e incluso ambos demostraban estar rodando al límite después de llegar a la asistencia con
los frontales de sus Polo R WRC totalmente arañados y con los logotipos de la
firma de Wolfsburgo arrancados.
En
cuanto al resto, la mayoría se quejaban después de los dos tramos largos del
segundo bucle de tener los neumáticos prácticamente en las lonas. Con
temperaturas superiores a los 35 grados centígrados, los Michelin se descomponían después de empujar
durante más de 64 kilómetros y
tanto Sordo como Latvala llegaban con las ruedas como si fueran un slicks de
circuitos. Aun así, el cántabro se las ingeniaba para superar en la general a
Mads Ostberg, el cual perdía más tiempo después de cambiar a unos reglajes
inadecuados. Tampoco
podía esquivar los problemas Andreas Mikkelsen. El noruego de Volkswagen se
veía obligado a hacer una
reparación de emergencia en el pedal de embrague, que se había
doblado tras el primer tramo de la tarde. Al atarlo al freno para tratar de
mantenerlo recto, el pedal central se quedaba ligeramente accionado, por lo que
el ganador del Rally de Polonia 2016 disputaba gran parte del recorrido pisando el freno y la ventaja
sobre Ogier se veía reducida a unos exiguos 2,8 segundos todavía con las dos superespeciales
por delante.
No
parecía que una jornada
de poco más de 50 kilómetros cronometrados nos fuera a deparar demasiada emoción
ni cambios en cuestión de la lucha por el podio en el Rally de Australia, sin
embargo, el primer bucle del domingo, formado por tres especiales nos ha dejado grandes dramas y un gran beneficiado,
Andreas Mikkelsen. El noruego tomaba aire después de que su
compañero de equipo y máximo rival en la lucha por el triunfo en la cita
oceánica cometiera un error en forma de trompo en la segunda especial del día. Para
entonces la carrera se había
apretado más si cabe,
con Ogier recortándole seis décimas de segundo en el primer tramo del día. Parecía
que íbamos a tener un intenso duelo en la lucha por la victoria, el último de
ambos vestidos con el mono de Volkswagen, pero un trompo del tetracampeón del mundo allanaba el
camino de Mikkelsen hacia
la que era su tercera victoria en el campeonato en apenas un año. Los
19,6 segundos que le caían a Sébastien, unidos a los dos que tenía de renta
Andreas, parecen una losa demasiado pesada para levantar en menos de 30
kilómetros.
Ogier
parecía entregar la cuchara y se reservaba para lucha por la última Power Stage
del año. Detrás había mucho movimiento, especialmente
respecto a Hayden Paddon, el cual perdía su posición en el
podio al salirse de pista y desllantar la rueda trasera izquierda. En el
percance se dejaba más de un minuto, cayendo hasta la quinta posición. Sus dos
compañeros en el equipo Hyundai se aprovechaban de ello y escalaban una posición cada uno,
quedándose Neuville tercero y Sordo cuarto. El cántabro tenía que contener al
neozelandés, con el que tan sólo llevaba un segundo de diferencia. Por
detrás, los kilómetros seguían pasando factura, especialmente a los Ford Fiesta
RS WRC. Era el caso de la unidad de Lorenzo Bertelli, que además de problemas
con el diferencial trasero también
veía como le explotaba uno de los amortiguadores. En cuanto a Eric
Camilli, la caída de
rendimiento de los frenos terminaba con una salida de pista y un vuelco en la última especial del primer
bucle, algo que obligaba a desplazar a las asistencias médicas hasta el lugar
del choque y a retrasar el desarrollo normal de la competición al quedarse el
Ford cruzado en la pista. Ostberg, que estaba luchando con Sordo por la quinta
plaza tenía que entregar la cuchara por problemas con el polvo en suspensión.
Tan sólo restaban dos especiales para
finalizar la prueba australiana y para despedirse de la temporada 2016 del WRC,
de los actuales coches oficiales y de Volkswagen Motorsport, que
diría adiós con un doblete. No
ha habido más cambios en las dos últimas especiales que restaban para finalizar
el Rally de Australia 2016. Andreas
Mikkelsen lograba la que es su tercera victoria en el Mundial, la segunda con su nuevo
copiloto Anders Jaeger y una buena demostración de que el piloto nórdico se ha liberado de ese bloqueo que tuvo durante las primeras
temporadas como piloto oficial de Volkswagen. Seguro
que a Sébastien Ogier le quedaba una pequeña espina al no ser él el que le diese el último
triunfo al equipo germano, aun así, se firmaba un buen doblete que a buen
seguro ayudará a hacer más llevadero el mal trago para los miembros del equipo.
A partir de mañana
tocará pensar en 2017, en los nuevos retos, fichar por un nuevo equipo e incluso, en el caso de Ogier, en
probar esta misma semana uno de los coches en los que podría sentarse la
próxima temporada. Veremos cuál es el futuro para el tetracampeón.
A
buen seguro, en el seno de la formación de Wolfsburgo hay en estos momentos un
sentimiento de tristeza a pesar que desde el Grupo VAG han asegurado que los 200 miembros del equipo con sede en Hannover mantendrán sus
puestos. Al igual que lo visto hace unas horas con el caso de Audi y las
lágrimas de tristeza de muchos de los integrantes del equipo del WEC, más allá de las victorias o de los títulos, todos
forman una gran familia que comparte muchas
horas de viaje y de trabajo juntos por medio mundo. Es inevitable sentir cierta
tristeza a la hora de cerrar una etapa. Finalmente
Dani Sordo perdía la cuarta plaza en manos de Paddon. El neozelandés que tenía
un muy mal inicio de domingo, diciendo adiós a cualquier opción de terminar en
el podio, superaba al
cántabro en la penúltima especial y lograba retener dicha posición en la
Power Stage a pesar de que el de Puente San Miguel lograba marcar un crono una
décima mejor que el del Kiwi. A Thierry
Neuville por su parte le llegaba ser tercero en el Rally de Australia para terminar el año subcampeón, una
meta alcanzada que a buen seguro le ayudará a mantener la moral alta durante
los próximos meses hasta la llegada del Rallye de Monte-Carlo 2017.
No
había sorpresas en la Power Stage y Volkswagen también acaparaba una
nueva victoria en el tramo televisado que en este caso era de
nuevo para Sébastien
Ogier. Mikkelsen aseguraba y llegaba a meta como flamante
ganador de la prueba australiana, mientras que Neuville y
Sordo escoltaban al de Gap en la clasificación de esta última especial del año 2016. Se cierra de
esta forma una temporada que estaba llamada a ser de transición antes del verdadero terremoto que iba a suponer la llegada
del nuevo reglamento técnico, pero que ha terminado acaparando portadas. Ogier
e Ingrassia han vuelto a ser campeones, sin embargo, el adiós de Volkswagen ha marcado este final de 2016 y posiblemente también
supondrá un punto de inflexión para el campeonato, no sabemos si positivo
o negativo. A partir de ahora comienza la pretemporada 2017 del Mundial de
Rallyes, veremos con qué nos sorprenden.
Comentarios
Publicar un comentario