Conforme se
acerca el invierno el aire se vuelve más frío y también más seco, dos variables
que aumentan las posibilidades de recibir una descarga eléctrica al bajar del
coche. Dianna Cowern explica
por qué sucede esto, y cómo evitarlo, en el vídeo How
to not get shocked exiting a car, un fenómeno que también puede
producirse al tocar el pomo de una puerta u otra persona.
La causa
está en la transferencia de carga eléctrica entre diferentes cuerpos y también
a través del aire. Sucede cuando se frota un globo inflado con el pelo o con un
jersey: el globo recibe electrones que no tenía, los cuales vienen cedidos por el pelo o el jersey, de carga positiva. Como el globo gana electrones su
carga es opuesta, es negativa, creando una diferencia de carga entre ambos
cuerpos. Por eso después de frotarlo el globo atrae el pelo o se pega al
jersey.
Al bajar del
coche hacemos eso mismo, pero de forma involuntaria. Normalmente nos frotamos con el asiento para salir del coche, provocando que tanto el asiento como el
cuerpo se carguen. En este caso es el asiento el que cede electrones al cuerpo.
Normalmente el cuerpo pierde esa carga progresivamente y el efecto pasa
desapercibido. Pero si se toca la carrocería metálica del coche antes de haber
perdido la carga entonces se producirá una pérdida rápida de esos electrones.
El paso violento de electrones desde nuestro cuerpo hacia la carrocería del
coche es lo que percibimos como un calambrazo más o menos intenso y molesto,
aunque no dañino. Para evitar
ese calambrazo al bajar del coche hay que mantener contacto
con la carrocería tocándola con la mano. De ese modo los electrones adquiridos
fluyen de forma constante, no de manera violenta, sin sentir nada en el
proceso. Problema resuelto, asegura.
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