El idioma español tiene un dicho a
desterrar, le engañaron como a un chino. Y para muestra este DS 6,
exclusivo para ellos, el tercer
modelo que DS construye en China, a la espera de un cuarto antes de finalizar el año, que no tiene nada de engaño. El caso es que el filtro
chino al mercado ha provocado que las marcas occidentales solo consigan hacer
llegar productos adaptados al gusto chino y, por supuesto también, de primer nivel. Y es por eso por lo que DS, separada de Citroën y como marca única, ha estrenado el primer SUV de su gama en el país del sol naciente.
La presencia del DS 6 puede parecer premium, similar al Q5 de Audi, y seguro que sería bien recibida en el mercado europeo, que
parece ávido de SUVs y de formatos de coche diferentes. El DS 6 es eso, un coche bien resuelto en su interior, con
ese aspecto de SUV que ya adelantaba el concepto DS Wild Rubis, al
que definían rebelde, perfeccionista y refinado.
Como el DS 5 LS, el DS 6 se fabrica
también en la planta china de Shenzhen. Tonalidades claras en su interior,
luminoso con su techo panorámico, la motorización es, por supuesto, gasolina y
asociada a un cambio automático de seis marchas.
El motor es un viejo conocido, el 1.6 turboalimentado, en configuración de 200 CV. Suave de
motor, suave de rodar, y muy amplio detrás, con sus 2,73 metros de batalla,
doce centímetros más que un C4 y cinco más que un C4 Aircross, que es 21
centímetros más corto. Con sus 4,55
metros, dispone de un buen maletero.
La imagen del frontal es rotunda,
personal y más
cosmopolita que china. Nadie en PSA te dirá que este coche llegará a
Europa, pero atractivo no le falta y viendo el
mercado, un modelo así es lo que necesita la marca DS para consolidarse. Sí,
vete haciéndote a la idea de que los
lanzamientos más jugosos de los fabricantes se acabarán viendo primero en China.
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