
La lista de automóviles occidentales o nipones que esos fabricantes chinos han copiado es larga, algunos son tan famosos que ya tienen su hueco en la historia del automóvil. Lo más curioso es que las copias chinas de coches se venden al lado del original y no pasa nada. Incluso cuando se topan unos con otros en las calles. ¿Cómo es eso posible? ¿No existen leyes de protección de la propiedad intelectual? Como siempre, no hay una respuesta fácil, nada es blanco o negro, sino más bien de un gris tan espeso como el casi eterno smog de Pekín.
Clones, copias y parecidos razonables

Las principales diferencias se sitúan en los faros, tanto en las formas como en las tecnologías empleadas, pero es todo muy sutil. De hecho, incluso las dimensiones son casi calcadas. Por ejemplo, el Zotye SR9 mide 4.744 mm de largo con una batalla de 2.850 mm frente a los 4.681 mm de largo y 2.807 mm de distancia entre ejes del Porsche Macan. Y en ambos casos, los interiores también son copias del Macan y del Evoque. Al final, las dos principales diferencias, lógicamente, entre una copia y el original son el contenido tecnológico y el precio.
Sin contenido ni I+D

Y esto es sólo el aspecto más visible. Complejos sistemas de ayuda a la conducción o la pantalla táctil están ausentes del SR9. En cuanto a los materiales empleados y la calidad de fabricación de estas copias no pueden estar a la altura de los originales habida cuenta del precio al que se venden. Pero me hago una idea, pues todavía recuerdo los ajustes de paneles de los BYD expuestos en el Salón de Ginebra de hace unos años: entre la aleta delantera y la puerta se podía meter un dedo en la zona más ajustada.
Precio de derribo

Copiar un coche, o cualquier otro producto manufacturado que precise de I+D y con un nombre muy asentado es algo que los mercados occidentales no aprecian mucho. Ya no porque las compañías afectadas puedan interponer demandas que ganarán, sino porque los clientes para este tipo de productos son más bien pocos. Nadie en su sano juicio compraría una copia de un iPhone o de un Samsung, por ejemplo. En China, sin embargo, ocurre lo contrario.
La culpa es de los otros, que son muy caros

Esa actitud evidencia que el mercado chino, por muy grande que sea, sigue siendo muy inmaduro. Y es que en el precio de los originales hay que tener en cuenta el contenido tecnológico, las inversiones en I+D, la calidad de fabricación, los aranceles en algunos casos, etc. Otra cosa es que, incluso en Europa o Estados Unidos, la clientela considere que un Macan o un Evoque son demasiado caros para lo que son, pero eso es otro tema.
Por qué no pasa nada con las copias chinas de coches

Tanto es así que en Porsche todavía no se han planteado si demandar a Zotye o no. Por cierto, Zotye también clonó, entre otros, el Volkswagen Tiguan y el Audi Q5. Y efectivamente, no pasó nada. Según Steven Feldman, profesor de ética en los negocios en la Universidad Case Western Reserve de Ohio, China aceptó implantar leyes sobre la propiedad intelectual para poder acceder a las organizaciones internacionales de comercio. Sin embargo, por su condición de país en desarrollo no quiere ni puede aplicarlas para no perder su competitividad frente a las empresas de países más desarrollados.
La clave está en el I+D

Porque es evidente que llegarán. En 2006, en China se registraron 171.000 patentes, en 2010 fueron 314.000 y en 2015 se registraron más de un millón de patentes. Por lo tanto, sí en China también se invierte en I+D. Y cada día más. En el mercado chino, un mercado todavía muy joven, lo importante es estar presente y asentar la marca para el día de mañana. Debes estar presente aunque hagan clones de tus coches, pues mientras hacen copias, no invierten en I+D. Y cada día que pasa, los Zotye y Landwind se quedan cada vez más atrasados.
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