En la
revista Popular Mechanics suelen
tratar temas serios y futuristas: nuevos inventos, avances en ingeniería y
aparatos que nos harán más cómoda la vida en el futuro. Pero sobre la
cotidianidad del día a día poco suelen decir. Por eso me costó encontrar un artículo sobre trucos extraños y peculiares para el coche
que hacen la vida más fácil, del que he extraído algunos de los que más
me han llamado la atención.
Calentar comida en los asientos. Cuando se utiliza el coche
para ir a por comida para llevar a casa un problema suele ser que llegue fría
y pierda parte de su encanto. Un truco que recomiendan es activar los asientos calefactados con los que
cuentan muchos modelos de coche. De ese
modo esas cajas de pizza o esas bolsas de comida asiática llegarán en perfecto
estado de conservación.
Ampliar el alcance del mando a distancia. Este es sin duda mi truco favorito
de todos los tiempos. Resulta que se puede ampliar el rango de alcance de las
llaves o mando a distancia para abrir las puertas del coche utilizando el cráneo como caja
de resonancia. Basta apoyarse el mando en la barbilla y abrir la
boca, apuntando al coche. Como por arte de magia desde donde antes el coche no
se abría ahora se abre con total facilidad. Según el modelo de mando y las condiciones del entorno se puede casi duplicar esa distancia. Ideal para asombrar a los amigos, además.
Proteger las escobillas limpiaparabrisas con medias o pantis. Cuando
las escobillas limpiaparabrisas se gastan es normal que se despeluchen o
directamente pierdan las gomas, quedando libre el metal de soporte que si no se
reemplaza en ese momento puede llegar a dañar el cristal. El truco es enrollarlos en unas medias o pantis de mujer; una
solución extraña pero que permite aguantar hasta que se puedan comprar unos
nuevos.
Limpiar los faros con pasta de dientes. Este es un poco consejo de la
abuela pero funciona cuando el plástico o cristal que recubre los faros se
ensucia inevitablemente por el uso, a veces por el impacto de mosquitos, a
veces por suciedad diversa, dejando una especie de potingue por todas partes. Si los faros se limpian con pasta de dientes ligeramente diluida en agua frotando
con suavidad pueden recuperarse hasta que queden como nuevos. Más fácil y
barato imposible.
¿Cerraduras congeladas? No hay problema. Si durante el invierno la
cerradura se congela una técnica es calentar la llave pero esto no siempre es fácil ni recomendable. Una alternativa es
untarla con gel limpiador de manos,
un producto suave y fácil de extender que además lleva alcohol, suficiente para
deshacer rápidamente el hielo de esas ranuras.
Churros para protegerse de los golpes de chapa. Una
forma barata de proteger la carrocería en las plazas de parking de demasiado
estrechas o incómodas es clavar en lugares clave de la pared algunos churros de piscina, esas piezas
de gomaespuma que pueden tener uno o dos metros de longitud y resultan mullidas
y gracias a sus llamativos colores fáciles de ver. Si se les da un toque no
habrá mayor problema.
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