
Para el modelo, de 5,9 metros de largo, Rolls-Royce ha elegido un sistema de propulsión cero emisiones, completamente eléctrico, mostrando así el camino que podría seguir la firma inglesa, ya que no sólo de V12 vive el hombre. Por su parte, las estrechas llantas están fabricadas a partir de 65 piezas individuales de aluminio y el habitáculo está envuelto en cristal.

A cambio encontramos a Eleanor, chófer y asistente virtual, al más puro estilo ciencia-ficción, capaz de llevarnos a nuestro destino deseado, sugerir rutas o recordarnos las citas de nuestra agenda. Toda la información necesaria se aporta a los pasajeros mediante una pantalla OLED transparente montada en el frontal del habitáculo, aunque no falta un reloj analógico sobre ésta. Y, por supuesto, no faltan detalles típicos de la casa como el portaparaguas de la puerta del conductor.
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