A
pesar de que los Volkswagen Polo GTI Supercar han sido los absolutos dominadores del
fin de semana, no manera de resumir a la perfección lo que ha sido
este fin de semana en Lydden Hill. Llegábamos a la quinta
prueba del calendario y era el momento de decir adiós al circuito británico, cuna en la que
nació y creció esta disciplina, que a partir de la próxima temporada
será sustituida por Silverstone en el programa del World RX.
La
estrategia en este circuito no suele plantear muchas dudas, si sales bien y
estás en el exterior, debes tomar la joker lap ya en la vuelta de salida,
mientras que los pilotos del interior suelen retrasar lo máximo posible su
entrada al disponer de muchas vueltas de aire limpio, sin embargo esto también
puede permitir a los pilotos de atrás recuperar mucho tiempo al tener la
referencia de los hombres que le preceden. En el caso de Volkswagen, podían
optar por una estrategia neutra gracias a que durante el fin de semana se han mostrado muy fuertes
tanto en las salidas como en el ritmo de carrera.
Especialmente Solberg, el
cual aprovechaba cualquiera de sus apariciones en pista para rodar en tiempos
cercanos e incluso inferiores a los del récord de la pista. La
velocidad mostrada por los Volkswagen era inalcanzable, incluso para Audi y
Peugeot, algo que quedaba patente tras ver cómo Sébastien Loeb
lograba regularmente la victoria en sus mangas pero no podía superar el tiempo de las
carreras en las que competían los pilotos del equipo PSRX. El alsaciano tan
sólo podía ser sexto al llegar a semifinales, mientras que su compañero de
equipo, Timmy Hansen escoltaba a los dos Volkswagen en la
clasificación intermedia, siendo el único capaz de apartar a Solberg del fin
de semana perfecto.
La
mayor sorpresa entre los
eliminados era la de Kevin Hansen, al que acompañaban Niclas
Grönholm, Guy Wilks, el desafortunado
Reinis Nitiss y René Münnich, el cual estrenaba el
Citroën DS3 Supercar que utilizaba en el pasado Petter Solberg sin grandes resultados.
En
semifinales, los Volkswagen se repartían la victoria, mientras que Loeb daba algo de
vida a Petter y Kristoffersson en su particular lucha con Mattias
Ekström por el título. El vigente campeón no podía superar en su duelo por la
segunda plaza en la segunda de las semifinales a Loeb, algo que lo relegaba a
la tercera línea de parrilla de cara a la gran final, Andreas Bakkerud
terminaba segundo en la primera semifinal, seguido por Timmy Hansen.
La
final mantendría el
dominio de Volkswagen y
tan sólo Bakkerud llegaba a incomodar mínimamente a sus otros dos compañeros
del podio. La carrera se saldaba con doblete por parte de los Volkswagen,
siendo el primer triunfo
de Petter Solberg al volante del Polo GTI. Cuarto era Sébastien Loeb,
el cual vencía en la reedición de su duelo con Ekström. El sueco, con un
pinchazo al igual que Timmy Hansen no podrían plantar batalla al nueve veces
Campeón del WRC.
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