
Si esto te recuerda al enfoque del Mobile World Congress en cuanto a coches, no es casualidad. Los salones del automóvil como los conocemos van a desaparecer, y es lógico que eso suceda. Y lo último que quiere Enrique Lacalle es ser el director de la orquesta del Titanic. Sin embargo, no es esto lo más destacado del Salón de Barcelona de este año. O, mejor dicho, del Automobile Barcelona 2017.
Tesla, y alguna novedad más

Hace años que el planteamiento de Barcelona es el de un salón comercial, sin grandes revelaciones, de manera que lo que hay es mucho stand con pinta de exposición de coches para la venta, y mesas donde cerrar operaciones. Con todo, quienes no hayan podido disfrutar de los BMW Serie 5 Touring, Honda Civic Type R, Hyundai Ioniq, Jeep Compass, Kia Stinger, Mercedes-Benz Clase S, Nissan Qashqai, SEAT Ibiza, Toyota Yaris, y poco más, lógicamente los podrán ver allí mismo. En ese sentido, el Automobile Barcelona todavía merece la pena para quienes quieran recuperar lo que se ha ido presentando en los últimos meses en los diferentes salones, acercándose simplemente en tren, metro o autobús.
Ausencias muy sonadas

Pese a los 115.000 m² que ocupa todo el certamen, puede parecer que el de Barcelona es un salón pequeño. Sólo hay dos pabellones repletos de coches. Sin embargo, las marcas se han empleado a fondo. Apenas hay stands enanos, y cada uno de los expositores de automóviles ha desembarcado con toda la gama, dispuesto a mostrar al visitante lo mejor de su catálogo. Los espacios son amplios y permiten ver los coches a fondo. A la práctica, es un enorme concesionario.
Connected Hub: necesita mejorar

En el acto inaugural del Automobile Barcelona, celebrado ayer, el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, no dudó en calificar esta edición del antiguo Salón del Automóvil como rompedora. Y la idea lo es. Sin embargo, la realización de la idea, relegando el Connected Hub a un mero espacio anexo a la exposición de coches, a donde se accede bien directamente desde la calle o bien a través de una triste y poco habitada sala de transición, es lo que transmite al visitante una cierta sensación de oportunidad perdida. Si lo que se quiere es aunar la cita con el Motor más tradicional con esa idea de qué nos depara el futuro y cómo se está preparando, sin duda el Connected Hub debería ocupar una posición más destacada en el centro del Automobile Barcelona.
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