Se llama Bollinger B1, y si ese fabricante llamado Bollinger no te suena de nada, quizá sea porque acaba de hacer su aparición en el panorama automovilístico. Diseñado y fabricado en Estados Unidos, en el estado de Nueva York para más señas, el Bollinger B1 no sabe ni quiere pasar desapercibido. Se trata de un todoterreno clásico pero que utiliza dos motores eléctricos, y nace sobre la base de un chasis tan austero como espartano es el interior de un habitáculo que ha sido concebido para cuatro ocupantes.
Nada de postureo. El Bollinger B1 cuenta con unas características que prometen en el ámbito de los todoterreno. El chasis de aluminio sirve de soporte para las baterías de iones de litio y para los motores. Sobre él se monta el sistema de suspensión, que es hidroneumática con función de autonivelado, lo que permite un mejor control de la altura libre al suelo incluso en las peores condiciones del terreno.
Una línea exterior clásica y rotunda
En todo momento el Bollinger B1 transmite esa rotundidad a través de su aspecto exterior. Con esas líneas es posible que no consiga el mejor premio a la protección de peatones en caso de atropello, pero no engaña. En cualquier caso, si te recuerda a cierto clásico de los vehículos todoterreno, es posible que no se trate de una mera coincidencia. Las prestaciones del Bollinger B1 hacen del eléctrico una opción muy interesante para trabajos rurales de todo tipo, especialmente si tenemos en cuenta el descomunal par motor de 640 Nm que, si no ha sido excesivamente atenuado por electrónica, entregará enseguida.
Por otra parte, el fabricante neoyorquino se cubre las espaldas ofreciendo dos versiones en función de las baterías que monte el B1. Preparado para dar de sí casi 200 kilómetros o bien exceder los 320 kilómetros, siempre en cálculos de consumo teórico, el todoterreno sorprende sobre el papel por esas capacidades. Más aún, viendo que lo único ligero que tiene es su chasis. Como se desprende de estos datos, el Bollinger B1 es una bestia de trabajo, y como tal cuenta con una carga útil y con una capacidad de arrastre de casi 2,8 toneladas, para un vehículo cuya masa máxima se va muchísimo más allá de los 3.500 kg.
En consecuencia, si lo comercializaran en España no bastaría con el permiso de conducir de la clase B para llevarlo. Si sencillo es por fuera, espartano es por dentro. El Bollinger B1 parece haber sido creado bajo la máxima menos es más. En el interior podemos encontrar un volante, una palanca de cambios en la columna de la dirección, los manos principales, y poco más.
Ah, sí: lleva asientos también, lo que sin duda es todo un detalle por parte de Bollinger Motors. Si te preguntas cuánto cuesta el Bollinger B1, de momento no hay respuesta. Eso sí, la firma tiene abierta la entrada de pedidos a través de su página web, donde centralizará todas las operaciones, al menos por el momento.
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