
Mazda llegó algo tarde a los años dorados del mundo de los rallies, pero creó un Mazda RX-7 Evo tan espectacular y demencial como el resto de coches de la parrilla. Y esta unidad en concreto de las imágenes sale a subasta en septiembre gracias a RM Sotheby's, con apenas tres kilómetros en el odómetro. Del precio mejor ni hablamos, porque ni se ha publicado una estimación.

Se cree que solamente siete de estos RX-7 Evolution llegaron a ensamblarse para competir y, como el resto de fabricantes, cuando la FIA puso fin al Grupo B, Mazda se quedó con los coches y sin una categoría en la que competir con ellos. Antes de esto, eso sí, Mazda consiguió un meritorio tercer puesto en el Rally Acrópolis de 1985, con Ingvar Carlosson a los mandos de uno de estos RX-7.

Bajo la carrocería del RX-7 Evo se esconde un motor Wankel birotor 13B de algo más de 300 CV, con carburador Weber 51 IDA modificado por MRT, capaz de subir de vueltas hasta cifras estratosféricas para un coche. En el coche de carreras el motor se instalaba 10 centímetros más retrasado que en el RX-7 de serie y se equipaba con lubricación por cárter seco. Mazda también innovó en término de materiales, con paneles de carrocería o capó de fibra de vidrio sobre la estructura de acero, y llantas Enkei de magnesio, consiguiendo un peso del conjunto inferior a la tonelada.
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