
Este prototipo urbano de cuatro plazas, obra del equipo de estudiantes TU/ecomotive, utiliza materiales biodegradables para el chasis, la carrocería y el interior. Según sus artífices, la principal ventaja del uso de este tipo de materiales, además de su descomposición en elementos químicos naturales, es la ligereza del conjunto, y por tanto su eficiencia.

TU/ecomotive emplea una combinación de resinas y plásticos biodegradables para el chasis, fabricados a partir de la planta de lino, con una relación entre peso y resistencia similar a la del a fibra de vidrio, pero creados de manera más sostenible. Además, entre capas de este compuesto de lino se incorpora un núcleo de plástico para aportar rigidez, obtenido enteramente de la remolacha azucarera.
Propulsión eléctrica

Con esto, el vehículo es capaz de alcanzar entre 80 km/h y 85 km/h, velocidad más que suficiente en el ámbito para el que está diseñado: la ciudad. La principal ventaja es, sobre todo, su eficiencia. Promete un consumo de 51,2 Wh/km, que según la universidad es cuatro veces más eficiente que la mayoría de eléctricos del mercado. Este urbano mide 3,5 metros de largo, 1,3 metros de ancho y entre 1,3 y 1,4 metros de altura.

Lina cuenta también con tecnología como la llamada NFC o Near Field Communication, que permite la apertura del vehículo mediante un teléfono móvil u otros dispositivos, y el reconocimiento de usuarios por parte del propio coche, lo que para plataformas de coche compartido o car sharing es ideal, según sus creadores. De momento, el equipo está esperando la luz verde por parte del gobierno holandés para comenzar a probarlo en carretera, este mismo año.
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