AMG, la encargada de crear los modelos más sexys de Mercedes cumple en 2017 sus 50 años. Aunque realmente no fue hasta 1993, cuando salió al mercado el Mercedes C 36 AMG, que el público general empezó a conocer AMG. La consagración llegaría con el Mercedes C 63 AMG tipo W204 y su V8 6.2 litros de 457 CV.
De repente, si pasan por las manos de AMG, los Mercedes ya son coches apetecibles. Motor desbordante de potencia y par, comportamiento dinámico preciso y a la vez juguetón con tendencia al drift, esos Mercedes ya no tienen nada que ver con la imagen seria, aburrida y anticuada de Mercedes. AMG ha conseguido que Mercedes sea de nuevo una marca con una imagen joven y dinámica. Y así empezó todo.
No a la competición
A final de los años 60, muchos clientes e ingenieros de Mercedes-Benz empiezan a dudar de las intenciones de la marca de la estrella. Cada vez que preguntan por una participación en competición, la respuesta es un no categórico. El accidente de las 24 horas de Le Mans 1955, en el que Pierre Levegh al volante de un Mercedes 300 SL que se estrelló en la grada principal al esquivar el Jaguar D-Type de Mike Hawthorn causando más de 80 víctimas mortales, está todavía muy presente en las mentes de los directivos.
Tras el accidente, Mercedes se retira de la competición casi por completo, todavía mantiene el departamento competición con participaciones en pruebas de turismos y rallies, como el Gran Premio de Turismos de Argentina, el Lieja-Sofia-Lieja, el Monte-Carlo y las 24 horas de Spa. Pero da igual, al final de la temporada de 1964, Mercedes-Benz se retira de la competición definitivamente.
El cambio de reglamento que preveía un cambio en la manera de homologar los coches hace que Mercedes-Benz aproveche la ocasión para centrarse en sus coches de calle y desarrollar sus ventas de turismos y vehículos industriales. La noticia es un jarro de agua fría para muchos ingenieros de la marca. Especialmente para dos de ellos, Hans-Werner Aufrecht, especialista del banco de potencia en el departamento de competición, y Erhard Melcher, del departamento de pruebas y desarrollo.
Da igual, después del trabajo y los fines de semana, van a preparar los Mercedes para la competición, de forma independiente. Lo harán en el garaje de la casa de Aufrecht, en la pequeña localidad de Grossaspach, a pocos kilómetros de Stuttgart y de la sede de Mercedes-Benz.
El coche victorioso sale del garaje de una casa particular
Así, en el garaje de Aufrecht, los dos amigos preparan un primer coche. Se trata de un Mercedes 300 SE, el ancestro de los Clase S. Los dos ingenieros consiguen sacar 50 CV más del robusto 6 cilindros en línea. Y de qué manera. Erhard Melcher logró adaptar la inyección directa de los Mercedes 300 SL de competición al motor de calle del 300 SE. Un nuevo árbol de levas que modifica la alzada de las válvulas permite al motor girar a 7.200 rpm en lugar de las 6.200 vueltas del motor de serie. Con sus 238 CV, el 300 SE de Aufrecht y Melcher es el coche más potente del campeonato alemán de turismos de 1965.
El coche es para Manfred Schiek, ex piloto oficial de Mercedes-Benz y victorioso en el Gran Premio de Turismos de Argentina en 1961. Schiek se hará con el campeonato de turismos en circuito alemán, ganando las diez carreras del campeonato. Visto el éxito aplastante del 300 SE preparado, muchos son los pilotos privados y clientes particulares que quieren un Mercedes potenciado por el dúo mágico; unos para ganar en circuito y otros para las Autobahn. El éxito es tal que pronto no dan abasto. Y un día, Melcher dice basta, víctima de un ataque de ansiedad inducido por el trabajo extenuante que realiza en Mercedes-Benz y luego en el taller particular de Aufrecht. Melcher lo deja.
El viejo molino de Burgstall
Aufrecht le convence que tienen que seguir, pero de otro modo. Así, con 27 años Melcher dimite de Mercedes-Benz renunciando a un sueldo envidiable y al prestigio. Aufrecht, el que tiene la mente más comercial de los dos, se toma unos meses más para preparar él también su salida de la marca y que no sea tan dolorosa a nivel financiero. En el pueblo vecino de Burgstall hay un aserradero, conocido como el viejo molino, que cesó su actividad hace tiempo y cuesta dos duros hacerse con él.
Esa será la sede de la nueva empresa. Es en el 33 de la Mühlestrasse que el dúo instala oficialmente la sociedad AMG el 1 de abril de 1967. La nueva empresa es eminentemente familiar y trabajan cuatro personas, los dos hermanos Aufrecht y los dos hermanos Melcher. Lógicamente, el primer modelo que AMG prepara es el 300 SE, tanto para la competición, como para la calle. Motor, suspensiones y frenos son modificados, pero AMG todavía no se encarga de la estética.
Las 24 horas de Spa de 1971
El 25 de julio de 1971, un imponente Mercedes 300 SEL de color rojo y preparado por AMG termina segundo en las 24 horas de Spa, ganando de paso la categoría de los más de 3.0 litros. Nadie, salvo la propia gente de AMG, esperaba tal victoria. El impacto mediático en Alemania es tal que incluso en el telediario de la noche hablan de la victoria del Mercedes AMG. A priori, el trazado belga no es el más idóneo para una pesada berlina de lujo, pero en AMG piensan que con su V8 llevado a 6.8 litros nadie podrá pillar al coche en las largas rectas y curvas rápidas, momento en el que los frenos podrán refrigerar.
Los campeones de karting alemanes Clemens Schikentanz y Hans Heyer soon los encargados de pilotar el coche. Salen quintos, en medio de una manada de BMW-Alpina, Ford Capri y Alfa Romeo GTA. Al final de la primera vuelta Hans Heyer ya va tercero. Tras 4.385 km, 308 vueltas y 24 horas de carrera, el Mercedes número 35 sigue en segunda posición, sin incidentes. La victoria absoluta sería para el Ford Capri 2600 RS de Glemser y nuestro Alex Soler-Roig. El éxito mediático en Alemania de esa segunda plaza fue tal que los pedidos empezaron a llegar de forma exponencial y pronto el equipo se ve de nuevo desbordados por el trabajo. Erhard Melcher ya no puede más y decide abandonar AMG tras cuatro años de actividad.
De cuatro empleados en 1967 a 1.500 en 2017
Le gusta la mecánica, pero también quiere disfrutar de la vida y no solo trabajar. El problema es que el genio de la mecánica del dúo es Melcher. Y Hans-Werner Aufrecht, como buen mercader lo sabe. Finalmente consigue retener a Melcher como consultante externo. De este modo AMG no pierde su fuerza y Melcher se puede dedicar a su otra pasión, las motos. A lo largo de los años, Melcher colaboró con BMW, Honda, Mercedes-Benz y creó su propia empresa de tuning en los años 2000, la MKB.
Hans-Werner Aufrecht por su parte, que mantuvo siempre buenas relaciones con la gente de Mercedes-Benz, siguió con el desarrollo de modelos para la competición durante un tiempo y sobre todo de modelos de calle, mucho más rentables. Los cuales podía desarrollar casi en paralelo que la propia marca gracias a la información que le pasaban sus contactos. En 1988, tras el éxito de los Mercedes 190 E de AMG en el DTM, Mercedes-Benz encarga a AMG la preparación de sus 190E 2.3-16 de competición. La colaboración siguió con los Clase C a partir de 1993 y el CLK-GTR de resistencia.
En 1990, Mercedes abre la puerta de sus concesionarios a los productos AMG. Según los mercados, se podían comprar accesorios o incluso un modelo completo de un AMG vía el concesionario y conservar la garantía de Mercedes-Benz. Al mismo tiempo, Mercedes-Benz pide series especiales a AMG, como el Clase G con motor V8. Presentado en 1987, Mercedes le pediría a AMG una serie limitada a 500 unidades del 500 GE en 1993. Desde entonces Clase G y AMG parecen inseparables.
Más importante aún que las series especiales, es el Mercedes C 36 AMG de 1993, el primer coche realizado en colaboración directa con la marca. Es el primer Mercedes AMG oficial de la historia. Inicialmente, Mercedes pensaba vender unas 600 unidades al año del C 36 AMG. Al cabo de cuatro años, ya eran 5.000 los C36 AMG fabricados entre Bremen y Affalterbach. Finalemente, en 1999, Hans-Werner Aufrecht vende el 51% de AMG a Mercedes-Benz. Aufrecht sale de AMG y crea HWA que sigue siendo hoy en día una empresa independiente y la encargada de los coches de DTM y de Fórmula 3.
En la actualidad, AMG es una filial más de Mercedes-Benz, ha creado dos deportivos de forma independiente, mientras desarrolla su primer hypercar, el Project One, y mantiene ese toque de artesanía realizando pedidos especiales de modelos únicos, fabricando a mano los V8 4.0 litros, así como el V12 biturbo del Pagani Huayra y el V8 de los AMG GT3.
Hoy, son más de 1.500 trabajadores en Affalterbach y AMG ha visto sus ventas crecer un 44,1% en 2015 para alcanzar la friolera de 99.235 unidades vendidas en el mundo. Y para que no haya confusiones, hablamos de unidades de Mercedes-AMG, no de Mercedes-Benz equipados con kits AMG Line.
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