Orr Tänak continua su racha y, tras conseguir su primera victoria esta temporada, suma su segunda en un Rally de Alemania donde la climatología ha hecho de las suyas y ha dejado a más de uno fuera de competición. No había
opción a dos pasadas. Tras terminar líder del Campeonato del Mundo el pasado
Rally de Finlandia, destacábamos que Thierry Neuville había dado un paso importante en su
lucha por la consecución del título, no sólo por empatar a puntos a
Sébastien Ogier, sino porque en Alemania iba a poder salir primero durante la
primera etapa. Este hecho, que en tierra suele resultar dañino, en asfaltos tan
sucios como el de la décima cita del WRC 2017, puede llegar incluso a
beneficiar aunque pilotos como el belga no suelan recortar
demasiado.
Aun así,
Neuville aprovechaba el shakedown para
resarcirse de su poco deslumbrante actuación en Finlandia y de paso mandar un
aviso a Sébastien Ogier. Tan sólo necesitó una pasada al corto tramo de
pruebas de 4,09 kilómetros situado en la zona de Eiweiler. Suficiente
para marcar un tiempo que ya no podría ser rebajado, ya que, como se esperaba,
el recorrido fue poco a poco ensuciándose y los tiempos fueron poco a poco
subiendo. Mientras, los equipos
miraban al cielo esperando la lluvia y los ouvriers se afanaban en un
trabajo que sin duda sería determinante para informar a pilotos y copilotos de
posibles peligros.
Aun así, el
tramo del Shakedown no era del todo representativo de las dos primeras etapas,
cuyos recorridos transcurren por las zonas de viñedos a las orillas del río
Mosela, mientras el sábado se desplazaría a la zona militar del Baumholder.
Suficiente eso sí para tener una toma de contacto con las condiciones resbaladizas
que han alejado a más de uno de su intención de luchar por acercarse al crono de 2
minutos y 25,8 segundos logrado por Neuville. Tan
sólo Andreas
Mikkelsen pudo acercarse al mismo, también como dicta la norma en la
primera pasada por el tramo, terminando a nueve décimas del piloto de Hyundai y
tres por delante de su ex-compañero en Volkswagen, Sébastien Ogier. Buena
mañana para los Citroën C3 WRC, los cuales se colocaron los tres entre las
cinco primeras posiciones, constatando que buscan repetir las buenas
sensaciones dejadas en Córcega. Tras ellos, los Toyota de Latvala y Hänninen
y el i20 WRC
Coupé de Dani Sordo, el cual ha tenido que conformarse con ser octavo
después de una mala primera pasada en la que se quedaba a
4,3 segundos de su coequipier.
Se esperaba que fuera diferente la tarde, cuando la competición se iniciara con la primera
superespecial urbana, en un rally que guarda muy buenos recuerdos para un Dani Sordo que
aquí llega a sus 150 carreras. El cántabro logró aquí su primer gran
podio en 2006, escoltando a Sébastien Loeb y siete años después lograba también
su primer triunfo. Sólo eran
2,05 kilómetros para empezar a abrir boca en el Rally de Alemania 2017, sin
embargo, la superespecial de Saarbrücken ha deparado grandes
sorpresas y además ha permitido ver una gran variedad de estrategias en
la monta de neumáticos, con pilotos apostando en su mayoría por utilizar el
blando, pero con excepciones como la del propio Dani Sordo, uno de los llamados a pelear por el
triunfo final, el cual optaba por cinco duros para su Hyundai i20 WRC
Coupé, pensando más en reservar los juegos de blando para el momento en el que
empezara la competición verdaderamente importante.
Tanto los
Citroën como los Toyota en pleno, así como los Ford Fiesta RS WRC de Ott Tänak
y Sébastien Ogier se decantaban por la opción más blanda. Las declaraciones del
primer piloto en afrontar el recorrido, el alemán Marijan Griebel, reconocía
que sus gomas más blandas se habían desintegrado tras sólo vuelta y media,
mientras que Elfyn
Evans decidía entrar en terreno desconocido apostando por la nueva rueda de
compuesto duro que estrenaba aquí DMACK. Apenas una
quincena de curvas por completar y poco más de dos minutos de recorrido que nos
han dejado las primeras sorpresas. Y es que además de un pequeño toque de Armin
Kremer en su debut al volante del Ford Fiesta RS WRC 2017 de M-Sport, Kris Meeke nos dejaba la
que prometía ser la primera imagen de un rally muy largo para el
norirlandés. De nuevo un error del piloto de Citroën al ceñirse demasiado en
una curva de derechas en ángulo recto.
Una
protección abierta acababa con el rally de Meeke por el momento, dañando no
sólo la rueda delantera derecha, sino también la dirección del C3 WRC. Esto
conllevaba un ligero retraso en la disputa de la Superespecial, obligando a la
entrada de la grúa para retirar la montura del que estaba llamado a encabezar
esta nueva Citroën después del vacío dejado por Sébastien Loeb. Ahora,
cuando más se habla sobre la posible vuelta del alsaciano en algunos rallyes
sueltos, así como las conversaciones que se están desarrollando entre Sébastien Oiger e Yves
Matton, Meeke vuelve a fallar en un momento en que la presión sobre su
cabeza no da lugar a este tipo de errores. Demasiados abandonos y accidentes
para justificar la confianza de un equipo con las necesidades de resultados que
tiene Citroën.
El
recorrido, muy estrecho y con poco agarre se mostraba como un inicio con trampa
para la mayoría de los participantes, con otros ejemplos como el de Paddon o Breen que
sufrían ligeros toques contra las barreras. En el caso del irlandés, salía en
defensa de su compañero de equipo, admitiendo su error y la dificultad que
entrañaba el recorrido urbano diseñado por la organización del Rally, la cual
se ha visto muy criticada por los pilotos al asegurar que el nuevo itinerario
de la prueba es más aburrido que el tradicional. El propio Dani Sordo sufría
un toque con su rueda trasera izquierda que le dejaría
completamente destrozada la llanta, aunque lograría llegar a meta con 2,2
segundos perdidos respecto al mejor tiempo logrado por Ott Tänak. Tras el piloto estonio de M-Sport, nos
encontramos a Craig Breen a apenas un segundo, siendo Sébastien Ogier el tercer
piloto clasificado, sólo seis décimas peor que el tiempo del piloto de Citroën.
Mikkelsen y Latvala completaban el Top 5, destacando el piloto finlandés que a
pesar de que no había sido un buen tramo, no veía lógica a la utilización de
barreras de cemento para delimitar el recorrido.
Los tres Hyundai por su parte, bastante
retrasados, cerrando las diez primeras posiciones de la general y con
Neuville admitiendo que ver el toque de Meeke le había afectado a la hora de
disputar él el tramo, perdiendo confianza para atacar. Todavía
había lugar para una sorpresa más cuando, tras la salida de los dos pilotos
inscritos aquí en el WRC Trophy, Jan Kopecky conseguía el scratch absoluto en la
superespecial al volante de uno de los Skoda Fabia R5 oficiales y
se convertía por tanto en el primer líder de la prueba germana, con tres
décimas de ventaja sobre Ott Tänak. Obviamente el veterano piloto checo sacaba partido de la
agilidad y pequeñas dimensiones comparado con los WRC 2017 para
completar una gran actuación y de paso dar algo más de publicidad a los R5 de
la firma de la que es estandarte. Un R5 capaz de superar a los
ultra-tecnológicos y potentes World Rally Cars de 2017. Cielo
plomizo para iniciar una jornada del Rally de Alemania en la que el WRC tampoco
ha podido permanecer ajeno a los lamentables hechos sucedidos en la zona de
Cataluña. Obligados a seguir por la competición, Dani Sordo daba una pequeña alegría a sus
seguidores después de comenzar el día con un scratch y colocándose
como nuevo líder de la general, desbancando a un Jan Kopecký que dio la
sorpresa al batir con el Skoda Fabia R5 a todos los World Rally Cars 2017.
Lamentablemente, dicha alegría fue efímera.
Clave era la
monta de neumáticos y mientras que la mayoría de los pilotos que utilizan
Michelin optaban por el compuesto blando, tanto Thierry Neuville como Dani Sordo
optaban por cargar en su coche tres gomas blandas y otras tres duras. El
propio piloto belga reconocía tras llegar a meta con el tercer mejor tiempo que
creía tener los neumáticos correctos para el primer bucle, una sensación que se
acrecentaba después de la pequeña salida de pista de Sébastien Ogier que le hacía ceder
3,3 segundos respecto a su gran rival por el título el cual montaba tres duras
y una blanda para comenzar la jornada. La segunda
especial de la mañana comenzaba con la lluvia como protagonista, a pesar de que el
retraso de seis minutos por problemas con los espectadores favorecía el hecho
de que cesaran las precipitaciones, tanto la parte inicial, como los últimos
kilómetros antes de meta quedaban muy mojados. Esto depararía numerosas salidas de pista entre
los pilotos de cabeza, siendo Thierry Neuville uno de los afectados al llegar
demasiado rápido a una curva con humedades después de una zona prácticamente
seca en el primer kilómetro de la especial.
El belga
salía del apuro con el frontal del Hyundai i20 WRC Coupé muy tocado y
reconociendo que había perdido carga aerodinámica delante que le hacía tener
mucho subviraje en las zonas rápidas. Este percance daba alas a Sébastien
Ogier, el cual terminaba la mañana con 12,2 segundos de ventaja sobre Neuville todo ello a
pesar de que el francés reconocía que su monta de neumáticos no había sido la
más idónea, pasando las zonas secas seria factura a las gomas blandas. Hayden Paddon, Jari-Matti Latvala o Juho Hänninen eran
algunos de los nombres afectados por estos dos primeros tramos de la mañana,
siendo los dos Yaris WRC los que más dañados llegaban a la última especial
antes de cerrar el bucle. Mientras tanto, Meeke había conseguido reincorporarse
a la carrera, ya
con 10 minutos de penalización y buscando una concentración que ni
su propio copiloto, Paul Nagle, podría asegurar por su parte, al estar a punto
de ser padre a muchos kilómetros de allí. Profesionalidad sin duda.
Con Neuville
cediendo segundos debido a los daños en su coche y Hayden Paddon todavía lejos
del ritmo de los de cabeza en asfalto, muchos ojos se centraban en la actuación
de Dani Sordo.
El cántabro pasaba a ser tercero tras el TC3, manteniendo todas sus opciones de
victoria. Sin embargo, una salida de pista 600 metros después de iniciar el cuarto tramo lo
dejaba fuera de carrera y sin la opción de conseguir su segundo triunfo
mundialista en su 150ª carrera. Tras
confirmarse que tanto Sordo como Marc Martí estaban bien, la carrera se reanudaba
con muchos problemas para Craig Breen, reconociendo el irlandés estar
completamente desconcentrado tras golpear un muro y posteriormente sufrir una
salida de pista al perder la referencia de frenada. Hayden Paddon también
cedería casi un minuto después de sufrir un pinchazo.
De nuevo el
Rally de Alemania cumplía con su fama de la prueba que nadie quiere ganar y
coronaba al cuarto líder distinto de lo que llevábamos de prueba. Concretamente era
Andreas Mikkelsen el que lograba el scratch en el TC4, el primero para
él esta temporada, y se encaramaba al liderato provisional de la carrera con
4,8 segundos de ventaja sobre Tänak y 8,8 con Ogier. Elfyn Evans y Jari-Matti
Latvala completaban el Top 5, mientras que había que bajar hasta la sexta
posición para encontrarnos al actual líder del WRC 2017, Thierry Neuville. La segunda
parte de la etapa del viernes nos ha dejado grandes cambios en la general, en
gran parte debido a las difíciles condiciones meteorológicas con las que se
encontraban los pilotos después de las fuertes lluvias caídas durante la tarde.
De nuevo la
imprevisibilidad del Rally de Alemania ha puesto contra las cuerdas a
los principales favoritos al triunfo final, dejándonos con un duelo provisional
entre Ott Tänak y Andreas Mikkelsen y con los dos principales candidatos al
título, Ogier
y Neuville, disputándose la tercera plaza a pesar de varios errores de
ambos.
Tras el
abandono de Dani Sordo en la cuarta especial por salida de pista, el Hyundai
i20 WRC del cántabro regresaba a la asistencia para tratar de ser reparado de
cara a reengancharse en la jornada del sábado. A pesar de caer por un
terraplén de unos 80 metros, los poco arboles presentes en el descenso y
el hecho de no haber volcado, redujeron al máximo los daños materiales, por lo
que sí se esperaba que la pareja española pudiera salir a quitarse por lo menos en
parte la sensación de amargor que a buen seguro tienen tras el
abandono. Algo
parecido le sucedía a Jari-Matti Latvala en la segunda pasada por la
superespecial Wadern-Weiskirchen.
Tras perder las opciones de triunfo en el pasado Rally de Finlandia, por el
problema en la centralita del motor, aquí el propulsor del Toyota Yaris WRC volvía a
fallar, dejándose casi minuto y medio y por tanto cayendo fuera
del Top 10. Thierry Neuville pasaba a ocupar la quinta posición del finlandés
en la general, espoleado después de anotarse un scratch en unas condiciones que distaban mucho de lo que se
iban a encontrar los participantes durante los tramos de la tarde.
La niebla
caía, comenzaba a llover de forma casi torrencial y aunque la monta parecía
bastante clara, los neumáticos de full-wet, no todos los participantes seguirían la misma
estrategia, en parte por miedo a que hubiera secciones demasiado secas que
pudieran destrozar las pocas gomas de agua de las que disponen los equipos. En este
terreno Tänak
lograba el mejor tiempo, en este caso con una monta mixta de tres
neumáticos FW y uno blando que no le evitaban tener algún que otro susto en
forma de gran derrape y pequeño toque con las viñas que no le impediría al
estonio recortar un buen puñado de segundos respecto al líder
provisional, Andreas
Mikkelsen, que se había decidido por montar todo agua. Aun así, el
estonio reconocía que se había equivocado al no hacer caso al equipo y llevar
más neumáticos de agua, en lugar de los tres FW y tres blandos que llevaba el
ganador del pasado Rally de Cerdeña. Neuville y Ogier se copiaban la estrategia,
todo blandos, y tras dos parciales positivos para el belga, un trompo en la
parte final del sexto tramo le dejaba sin el premio de recortar la diferencia
con el tetracampeón.
Con Latvala
habiendo solventado los problemas de motor en la asistencia, las malas noticias
por la tarde llegaban
de la mano de Esapekka Lappi, el cual se iba largo en una curva rápida
de derechas y dañaba la suspensión delantera izquierda al impactar contra un
muro. No podría ir mucho más lejos el finlandés ganador de la novena prueba del
WRC 2017, teniendo que detenerse en la séptima especial. No parecía
que la última pasada por la superespecial del día fuera a dar grandes
sorpresas. Nada más lejos de la realidad. El tercer paso por Wadern-Weiskirchen dejaba
una nueva salida de pista por parte de Neuville, el cual ya advertía un
tramo antes que no se encontraba cómodo con el Hyundai i20 WRC y las
condiciones de agarre hacían que las ruedas se quedaran bloqueadas en las
frenadas y que no encontraran tracción. Si parecía un importante
golpe de cara a la clasificación general y sus aspiraciones al título, un error por parte de Ogier
en forma de trompo le hacía al francés perder toda su ventaja
respecto al piloto belga.
Esa solida
ventaja construida por Ogier durante el día, se disipaba, perdiendo 21
segundos y situándose cuarto, a espaldas de Thierry Neuville. Mientras
tanto, Ott
Tänak y Andreas Mikkelsen se intercambiaban la cabeza de la general.
Sería el estonio el que se iba al hotel líder con 5,7 segundos de ventaja sobre
el piloto de Citroën con el que mantuvo también un bonito duelo por la victoria
en el Rally de Polonia de 2016. No le duraría demasiado a Thierry Neuville la
oportunidad de sacar más puntos de ventaja al frente de la
general del campeonato en el Rally de Alemania. El más que temido Panzerplatte, y su pequeño
aperitivo, en forma de especial de 2,87 kilómetros, ponían contra las cuerdas
al piloto belga de Hyundai, el cual debería de abandonar después de tener un
problema con su rueda trasera izquierda. Sin un gran toque por parte del actual líder de la
general, la imposibilidad de reparar la no linealidad de la rueda
terminaba obligándole a tomar el camino de la retirada.
Una vez ya
fuera de carrera, los mecánicos de Hyundai Motorsport asistirían a la pareja
belga para conseguir de nuevo unir el soporte de la rueda a la suspensión,
volviendo al parque el Hyundai i20 WRC por sus propios medios. En ese momento Sébastien Ogier
pasaba a ser tercero, acercándose a un Andreas Mikkelsen
que cedía comba respecto a un Ott Tänak esplendido también sobre asfalto. El estonio de M-Sport
estaba camino a su segunda victoria en el Mundial, algo que igualaría
los dos triunfos conseguidos por su compañero esta temporada. Sin la
lluvia como protagonista, las montas de neumáticos se simplificaban, optando la
mayoría por una
estrategia mixta de dos blandos y dos duros, tratando de conservar al
máximo las gomas, teniendo mucho cuidado en las secciones con parches de
humedad. Estas condiciones sí hacía que con el paso de los coches la carretera
fuera estando más sucia, algo que perjudicaba a los que tenían un orden de salida
retrasado.
Los 41,97 kilómetros del
Panzerplatte le servían a Ogier para dar un gran bocado a la
diferencia respecto a la segunda plaza ocupada por Andreas Mikkelsen. Con 93
cruces en el itinerario, el Ford Fiesta RS WRC del francés se mostraba muy
rápido, aunque
finalmente era Juho Hänninen el que se anotaba el scratch en la
que es sin duda una de las especiales más difíciles del calendario del Mundial.
En su itinerario, Paddon se dejaba de nuevo casi dos minutos, siendo un
pinchazo en esta ocasión lo que producía el retraso en el caso del neozelandés. Los 14,78
kilómetros de Freisen se
convertían incluso más determinantes, con numerosos trompos debido a la
presencia de muchas zonas deslizantes debido a la presencia del barro sobre el
asfalto, incluso Dani Sordo destacaba que era casi como conducir en un tramo de
tierra. En el
caso de Andreas Mikkelsen, un error similar le hacía perder más de 10
segundos respecto a Ogier, y 25,7 segundos perdidos respecto a un más que
consolidado Ott Tänak el cual conseguía el scratch. El noruego se redimiría en
el último tramo del bucle, logrando el mejor tiempo que sólo le permitiría recortar un segundo a
Tänak y aumentar su diferencia sobre Ogier hasta los 6,9 segundos.
El resto del Top 5 lo completaba Elfyn Evans, a más de un minuto de Tänak, y
Juho Hänninen.
Dani Sordo se reincorporaba a la carrera
después del abandono. El cántabro, sin más objetivo que el de esperar
acontecimientos y abandonos del resto, así como luchar por los puntos de la
Power Stage, reconocía que tenía dolor en una de sus manos después del
accidente. Mejores noticias en el caso de Nil Solans, el cual se ha encontrado
con los abandonos
de Nicolas Ciamin y Terry Folb, estando en el camino de lo que puede ser
la consecución del título de JWRC por parte del piloto español, que sucedería a
Dani Solá y Sordo. Con su máximo rival por el título fuera de combate y
su compañero de equipo líder destacado de la prueba era lógico que Sébastien
Ogier no tomara excesivos riesgos. Pero con el segundo puesto a tiro valía la
pena intentarlo. Sin embargo la ventaja de Andreas Mikkelsen sobre el vigente campeón del mundo ha
terminado ampliándose ligeramente hasta los 8,2 segundos que separarán a
ambos en la última etapa del Rally de Alemania 2017.
El objetivo
de Ogier parecía un poquito más cerca después de que Mikkelsen calara su
Citroën C3 WRC en la salida de la segunda pasada vespertina por la
superespecial Arena Panzerplatte, pero una vez afrontaron los tramos de
verdad el de M-Sport poco pudo hacer. Y por delante nada varió, pues Ott Tänak mantenía su colchón de veinte segundos sobre Mikkelsen, camino de su segundo
triunfo de la temporada y de afianzar su tercer puesto en la general del
Mundial de Rallyes. Fuera del
podio Juho Hänninen pareció en disposición de hacerse con el cuarto puesto en
detrimento de Elfyn Evans, pero un nuevo problema de amortiguador en su Toyota Yaris WRC, un
fallo recurrente en el coche nipón, terminó frenándole. Aún así los
cuatro segundos que les separaban auguraban una bonita lucha en la jornada del
domingo. Latvala por su parte perdió toda opción de pelear por el sexto puesto
con Craig Breen tras un pinchazo. Fuera de la zona de puntos Dani Sordo mostró
lo que podía haber sido y no fue con tres scratchs consecutivos.
Dispuesto a
sentenciar la que a la postre sería segunda victoria en el Mundial de
Rallyes, Ott
Tänak salía junto a su copiloto, Martin Järveoja, a los cuatro tramos de
la etapa del domingo teniendo en mente que sólo un error o un problema mecánico
les podría arrebatar el hecho de igualar a su compañero de equipo, Sébastien
Ogier con dos
victorias esta temporada 2017. Por su parte, Andreas Mikkelsen, ataba
una muy valiosa segunda posición que a buen seguro le allanará el camino en sus
negociaciones por tener un asiento oficial de cara al WRC 2018. Una buena
forma de redimirse por parte de Tänak de la desazón vivida la pasada temporada en el
Rally de Polonia, cuando precisamente frente a Andreas Mikkelsen, perdía
en la última etapa la que podía haber sido su primera victoria. Un año y dos
meses después, el estonio no sufría inoportunos pinchazos, quitándose la
espinita y dándole a M-Sport la cuarta victoria de la temporada y la segunda de su
carrera deportiva. Con dos pilotos dentro del podio y tras la debacle del
equipo Hyundai, era la ocasión perfecta para dilatar aún más la ventaja al
frente de la general de equipos.
Los Toyota
comenzaban a buen nivel la mañana, ya con asfalto seco a pesar de la ligera
lluvia de la madrugada, Juho Hänninen y Esapekka Lappi mantenían la racha iniciada
por Jari-Matti Latvala en el último tramo para conseguir tres scratchs
consecutivos para el Yaris WRC, demostrando que el comportamiento sobre asfalto
del coche de los nipones también puede estar a la altura del resto, aunque
con los
problemas de motor de Jari-Matti Latvala no pudimos comprobar hasta
dónde podían llegar. Por su
parte, Craig
Breen se anotaba el scrath en la especial que nadie quería correr, la
penúltima, en la que prácticamente todos salían a conservar neumáticos de cara
a la Power Stage final.
Sin embargo, al piloto irlandés de Citroën le servía para acercarse a Elfyn
Evans en la lucha por la quinta posición,
especialmente después de que el piloto de DMACK tuviera que renunciar a la cuarta
plaza, ahora ocupada por un Juho Hänninen in crescendo, después de un
inoportuno error en la primera especial del día, con calada del motor incluida,
que le hacía perder unos segundos muy importantes.
En los 12,95
kilómetros de la segunda pasada por St.
Wendeler Land, Dani Sordo imponía su velocidad para anotarse el mejor tiempo en la Power
Stage y su quinto scratch en un rally que supone una gran decepción
para el cántabro después de su abandono temprano en la etapa del viernes. Ninguno de los pilotos
que le seguía conseguiría bajar el tiempo del piloto de Hyundai,
anotándose su primera victoria del tramo televisado del domingo y dándole al
equipo una de las pocas alegrías que han tenido los de Michel Nandan durante
todo el fin de semana. Hayden Paddon era el único representante en los puntos,
octavo, admitiendo que le queda mucho todavía por mejorar sobre asfalto. El
resto de puntos de la Power Stage se los repartían, Esapekka Lappi, Latvala,
Ogier y Breen en ese orden. Mucho mejor que a
Hyundai le iban las cosas a M-Sport, el cual conseguía tener a tres
pilotos entre los seis primeros, dos de ellos en posiciones del podio.
El paso adelante dado por los de Cumbria aquí en el campeonato absoluto de
pilotos, gracias al podio de Sébastien Ogier, y en el de marcas les da aire
después de haber sufrido la crudeza del Rally de Finlandia. Completaban el Top
5 Juho Hänninen y Craig Breen. Este último conseguía superar in extremis a Elfyn Evans. En la
general de piloto, Ogier aventaja en 17 puntos a Neuville, sólo restando tres fechas
para terminar el Mundial de 2017.
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