Mientras que existan el Ford Mustang y el Chevrolet Camaro, tendremos pony cars y diversión para rato. El Chevy Camaro fue objeto de una actualización en 2015, para el año modelo 2016. Chevy ha hablado. Y Ford replica con un Mustang más agresivo y tecnológico. Así, para el año modelo 2018, Ford rebaja la altura del capó, lo que obliga a rediseñar el frontal y abandona una de las motorizaciones de la gama actual. Pero estamos a salvo, seguirá existiendo un V8 en la gama.
El nuevo Mustang conserva un aspecto agresivo. Y es que a pesar de los cambios estéticos sigue siendo un Mustang. El capó, con nuevas tomas de aire, es 2 cm más bajo que en el modelo actual. Lógicamente, eso obligó a rediseñar los faros LED, la calandra y el parachoques.
La zaga, por su parte, cuenta con pilotos traseros con tecnología LED rediseñados. Visualmente, parecen de altura inferior comparados con el modelo actual para mantener un equilibrio visual con respecto al nuevo frontal. A bordo, los cambios son pequeños, pero sustanciales. El cuadro de instrumentos podrá ser en opción de tipo digital, como en el Ford GT.
En su concepto es muy similar al Virtual Cockpit de Audi y se puede personalizar con tres vistas diferentes y una docena de colores, se dice que hay incluso una configuración para drag race o launch control con el típico árbol de navidad de los circuitos de drag racing.
Los cambios importantes son los que no se ven
Los sutiles cambios estéticos del Mustang 2018 sirven para apoyar unos importantes cambios a nivel mecánico; de esos que no ves, pero que son muy importantes. Así, el motor V6 del actual desaparece de la gama. No es una gran pérdida, pues no está disponible en Europa y representa el 15% de las ventas de Mustang. La gama global se queda calcada sobre la europea: 4 cilindros 2.3 litros EcoBoost y nuevo V8 de 5.0 litros para el GT. El V8 se actualiza de forma notable. Hereda de la inyección directa e indirecta, un sistema similar a del V6 de 3.5 litros del Ford F-150 Raptor, lo que eleva la relación de compresión del motor, que pasa de 11:1 en el actual a 12:1 en el nuevo V8.
Ford no ha desvelado todavía la potencia ni el consumo estimado de este nuevo propulsor, ni tampoco del EcoBoost, limitándose a decir que entregará más par motor. Del mismo modo que conserva un V8 en la gama, el nuevo Mustang conserva la posibilidad de una transmisión manual en ambos motores. Eso sí, el cambio manual de 6 relaciones es nuevo, incorpora un doble embrague y un volante de inercia aligerado. En opción se podrá con un nuevo cambio automático de 10 relaciones. Desarrollado en colaboración con GM, es el mismo cambio que equipa el F-150 Raptor y el Chevrolet Camaro ZL1. Este nuevo cambio soportaría más par motor que el actual cambio automático de 6 marchas.
Amortiguadores magnetoreológicos para el Mustang GT
El actual Ford Mustang, sin llegar al nivel de un Porsche 718 Cayman o de un BMW M4, es aclamado por su comportamiento dinámico. La adopción, por fin, de un eje trasero de ruedas independientes en esta generación le ha permitido brillar. El Mustang 2018 va un poco más lejos y equipa amortiguadores magnetoreológicos, bautizados MagneRide, aunque sólo será en el GT y con la opción del Pack Performance. Sí, son los mismos amortiguadores que equipan el Shelby GT350 y que deberían mejorar, si cabe, el comportamiento del Mustang.
Del Shelby GT350, por cierto, también hereda el escape activo que permite al conductor modular el volumen del escape a su gusto, dependiendo de si busca discreción o despertar a los vecinos. Por otra parte, por primera vez, el Ford Mustang podrá equipar asistencias a la conducción, como el Pre-Collision Assist con detección de peatones, la alerta de distancia de seguridad o asistente activo de cambio de carril involuntario. Así de prometedora es la gama del Ford Mustang 2018 para Estados Unidos, ahora nos queda por ver cómo será la gama europea y los precios en nuestro mercado.
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