Estoy convencido de que todo aficionado europeo al motor ha valorado la opción de comprarse un muscle car del viejo continente del estilo de los encantadores Opel Manta y Ford Capri de los 70. Sus líneas de coupé deportivo con influencias americanas eran encantadoras aunque en sus entrañas había algo muy similar a los turismos Ascona y Cortina.
Quizá Opel no cuente en sus filas con un coupé deportivo, pero la idea de resucitar el Opel Manta es una de las más románticas con las que podemos empezar el año. En este caso no es un diseño oficial, sino que ha sido un diseño colgado en Behance por Valentin Fuchs y Marius Torterat, quienes han dado forma al renacimiento de este mítico deportivo alemán.
Ellos se han imaginado cómo serían las proporciones del antiguo Manta si se reencarnase en un coche del siglo XXI. Las líneas limpias y musculosas del concepto clásico original se aderezan con una gran parrilla central y faros LED con forma de C en el morro, un largo capó, techo bajo, cintura alta y una zaga compacta y ruda con unas ópticas continuas en distribución horizontal. Todo muy en la línea con una imagen próxima al lenguaje de diseño de Opel. El interior resulta aún más futurista con las cuatro plazas separadas en asientos independientes y una minimalista consola central inspirada en la aeronáutica.
Al habitáculo se accede a través de unas puertas de apertura vertical pero que pivotan hacia atrás en lugar de hacia delante. Supongo que para facilitar el acceso. En su día el Manta fue uno de los pocos vehículos que Opel colocó en el mercado americano, si volviera a la vida ¿podría rivalizar con la segunda juventud de los muscle car americanos?
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