En los suburbios del norte de Detroit, en Michigan, se encuentra el llamado Pontiac Silverdome, un estadio que vivió su época dorada en los años ochenta y noventa, siendo sede de la Super Bowl en 1982 y de los Detroit Lions hasta el año 2001, y que ahora está totalmente abandonado. De hecho, se estaba utilizando para almacenar vehículos retirados de la circulación por el fraude de las emisiones de Volkswagen.
Por razones que no están demasiado claras, el aparcamiento del Pontiac Silverdome se convirtió en el mes de enero en el hogar de cientos de modelos Audi y Volkswagen afectados por el escándalo de emisiones del grupo alemán. Ahora, hasta 60 de estos coches han desaparecido. Fueron robados y enviados a otros estados para su reventa de manera ilegal.
Las policias estatales de Michigan, Indiana y Kentucky están trabajando de manera conjunta para localizar todos estos vehículos, cuya documentación se falsificó para poder ser vendidos de nuevo. Se les hicieron papeles falsos, de Michigan, y así es como los sacaron del estado, afirma el sargento Jerry Goodin de la Indiana State Police.
De momento, la policía del estado de Indiana, junto a otros cuerpos policiales, ha recuperado al menos 22 de estos vehículos, 12 de ellos cuando estaban a punto de subastarse en un evento en la localidad de Clarksville. Desde Volkswagen, que recompró todos estos vehículos a los usuarios afectados, no se han querido pronunciar al respecto. No podemos hacer comentarios sobre esta investigación en curso, afirmaba un portavoz de la compañía alemana el pasado martes.
El escándalo y la recompra de vehículos
Fue en 2015 cuando el Grupo Volkswagen reconoció que había instalado software ilegal en sus vehículos para pasar los controles de emisiones, generando un escándalo que ha obligado a pagar cientos de millones de dólares en compensaciones en Estados Unidos, a recomprar miles de vehículos e incluso ha llevado a la cárcel a algunos de sus responsables.
Hace unos meses la EPA o Agencia de Protección Medioambiental Estadounidense anunciaba que los miles de vehículos recomprados por Volkswagen que reposaban en campas podrían volver a ser vendidos, en concreto 67.000 modelos diésel de 2015, aunque parece que los ladrones de Pontiac jugaron sus cartas un paso por delante que el gigante alemán.
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