
Se trataba de una época en la que los fabricantes de coches creían que el aumento de cilindrada era la fórmula mágica para hacer motores cada vez más potentes. Entonces llegó Peugeot con este modelo que equipaba un motor 4.5, pequeño para lo habitual en aquellos años, el cual conseguía un rendimiento más que suficiente para permitirle luchar cara a cara con los líderes, al mismo tiempo que su peso y agilidad eran mejores.
Un Peugeot que reside en Beverly Hills

Luce la decoración que utilizó en las 500 Millas de Indianápolis de 1916, en la que consiguió batir el récord de vuelta rápida con una media de velocidad de 106 millas por hora, un récord que permaneció imbatible durante 30 años. Será uno de los 50 coches que se subastarán el próximo sábado 11 de noviembre de la mano de Bonhams. El vicepresidente de la división de motor de la casa de subastas, Rupert Banner ha dicho: Es uno de los coches de carreras más puros y originales de aquella era que hemos tenido el placer de ofrecer. Su precio, seguro que será estratosférico.
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