Viniendo a rebufo del Insignia GSi, ahora llega el Opel Insignia GSi Sports Tourer directo al Salón del Automóvil de Frankfurt. Este familiar con tan buena planta recibe ahora el mismo acabado que la configuración sedán para convertirse en un coche con el que llevar a los niños de vuelta al cole y sacarte una sonrisa a la salida del trabajo.
Las modificaciones para este station wagon de altos vuelos son las mismas que en la berlina, ofreciendo en la versión más prestacional un 2.0 turboalimentado de gasolina con inyección directa, 260 CV de potencia, 400 Nm de par motor y 8,7 litros a los 100 km. Para los más austeros, también puede escogerse este acabado con un motor de 2.0 litros BiTurbo diésel bajo su capó que ofrece 210 CV y 480 Nm de par motor que homologa 7,3 litros a los 100 km en ciclo combinado.
Gasolina con 260 CV o diésel con 210 CV
Ambos propulsores se asocian a una transmisión automática de doble embrague y ocho velocidades con levas en el volante para maximizar las emociones a la hora de apretar el ritmo. Las prestaciones del gasolina son de 7,5 segundos en el 0-100 km/h y una velocidad máxima de 245 km/h frente a 7,9 segundos y 231 km/h en el diésel.
A nivel de chasis, el GSi Sports Tourer equipa el bastidor dinámico FlexRide electromecánico con tracción a las cuatro ruedas y reparto vectorial de par motor que llega a cuatro neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S calzados sobre enormes llantas de 20 pulgadas. Las suspensiones montan muelles 10 mm más cortos con amortiguadores de tarado deportivo, mientras que el chasis inteligente varía el comportamiento del vehículo en función del modo de conducción elegido.
Y a la hora de parar, el equipo de frenos se ha modificado para dejar paso a unos discos de 345 mm mordidos por pinzas de cuatro pistones, todo material firmado por el especialista Brembo. Por fuera, si el sedán era bonito, este lo es más si cabe con la ampliación de la parte trasera. Su carrocería está esculpida a cincel y recibe unos nuevos paragolpes tanto delante como detrás con grandes tomas de aire con marcos cromados y un splitter en el frontal. A los lados, nuevas taloneras, y detrás un pequeño difusor con dos salidas de escape integradas en la parte baja de una zaga que se remata con un sutil alerón de techo.
Dentro del habitáculo las diferencias con el Sports Tourer normal se encuentran en unos nuevos acabados interiores, pedales e inserciones además de unos asientos deportivos, aunque estos son opcionales. Como buen familiar el volumen de carga es fundamental y cubica desde 560 hasta 1.665 litros con los respaldos traseros abatidos. El apartado de tecnología está a la altura de la gama, con Opel OnStar, iluminación adaptativa matricial IntelliLux LED, aviso de colisión frontal, detección de peatones o frenada automática de emergencia entre el equipamiento más destacable.
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