En la
búsqueda de la movilidad sostenible, Citroën lanza al mercado la versión eléctrica de su popular Berlingo,
enfocada principalmente al mercado profesional. Y es que es en éste sector donde
los vehículos eléctricos pueden tener un mayor éxito debido a las prioridades
del comprador, que busca un vehículo espacioso y económico en todos los
sentidos.
Disponible
en dos versiones de carrocería de 4,38 o 4,63 metros de longitud, cuenta con un motor eléctrico que rinde una potencia
de 67 CV y promete una autonomía de 170 kilómetros. Se fabrica en nuestro país, en la
factoría de Vigo.A primera
vista, pocas diferencias existen respecto a cualquier otra Berlingo, tanto en
su exterior como en el interior. Estéticamente nos encontramos con dos
anagramas nuevos, Full Electric y Galicia.
Sin embargo, nos
encontramos con dos tomas de
alimentación. La primera de ellas está situada donde la tapa del
carburante en las versiones térmicas, y con ella podremos
cargar las baterías de forma rápida con un enchufe trifásico. En 30
minutos tendremos un 80% de los 75 A de capacidad total. La segunda
toma, situada en la aleta derecha, nos permitirá realizar una recarga normal, en un enchufe
convencional, por lo que, en función de la potencia de la red eléctrica,
tendremos las pilas cargadas en un intervalo de
8,5 a 15 horas.
Analizando
su interior, recordamos el increíble espacio con el que cuenta este pequeño
industrial, tanto en la zona de cabina como en la zona de carga, que por
cierto, mantiene exactamente la misma
capacidad que en cualquier otra versión térmica: 695 kg de carga. Además, el asiento delantero es abatible para poder cargar
objetos más voluminosos.
Es hora de
poner el motor en marcha y ver cómo rinden los 67 CV del motor eléctrico que ya
conocemos de otros modelos, como el C-Zero. En el
habitáculo hay espacio para tres ocupantes,
puesto que la banqueta del pasajero es para dos ocupantes que podrán viajar
relativamente cómodos, ya que no existe palanca de cambio manual, lo que
proporciona un espacio más amplio y diáfano.
El selector de marcha está en el salpicadero; engranando la D empieza a rodar. Cuenta con 200 Nm de par motor bajo el
pedal, acelera enérgicamente y el tirón es mucho mayor de lo imaginable. Sus
67 CV son suficientes. De hecho, la marca francesa
asegura que permite arrancar sin problemas a plena carga en pendientes de hasta
un 25%. Su mayor peso al incorporar las baterías no se nota en exceso ya que las suspensiones han sido reforzadas respecto
a las versiones térmicas.
El puesto de
conducción es exactamente igual, pero a la conducción hay que aclimatarse. ¿Por
qué? Como buen eléctrico, regenera energía en las desaceleraciones, y en esta
Berlingo Electric en cuanto soltamos
el pedal del acelerador la velocidad desciende alarmantemente. Si hacemos un buen uso de este dispositivo, incluso podríamos limitar el uso del freno.
La autonomía teórica prometida es de hasta 170 kilómetros, pero de todas formas, los 100 kilómetros han de ser
perfectamente rebasables, por lo que la
Berlingo Electric puede ser el vehículo ideal para el transporte en la ciudad,
por ejemplo, de las empresas de paquetería, que siempre suelen realizar las
mismas rutas.
Además, en ciudades los vehículos eléctricos pueden aparcar en zonas de estacionamiento
limitado sin pagar ni un céntimo, y es previsible que en breve las
grandes urbes restrinjan el paso a los vehículos térmicos más contaminantes, donde sí pueden acceder los vehículos sin emisiones.
Citroën
calcula, en base a la tarifa de electricidad de Endesa en hora punta, que por 15 euros podemos recorrer 700 km,
por lo que el ahorro respecto al carburante es considerable, al que hay que
sumar el menor gasto en cuanto a revisiones. Eso sí, hay que desembolsar más dinero de partida respecto a una versión térmica.
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