
Según la compañía, el Continental GT3-R es el GT definitivo. Monta el motor 4.0 litros V8 Biturbo, aunque con una potencia de 580 CV a 6.000 RPM y, además, pesa 100 kilogramos menos que un GT V8 S y tiene relaciones de cambio más cortas, por lo que se convierte en el Bentley de producción con mayor aceleración: 0-100 km/h en 3,8 segundos.

Equipa también un renovado sistema de tracción total con Torque Vectoring, que reparte el par motor entre las ruedas traseras, así como un chasis puesto a punto para ser el Bentley de calle más dinámico y eficaz. A cargo de la frenada queda un equipo de enormes discos carbocerámicos de 420 mm y 356 mm, junto a pinzas de ocho pistones.
Tanto el nuevo escape de titanio como las llantas de aleación ligera de 21 pulgadas acabadas en negro brillante, o el hecho de prescindir de asientos traseros, contribuyen al adelgazamiento del modelo, que aún así pesa 2.195 kilogramos y homologa un consumo de 12,7 litros a los cien kilómetros.

En el habitáculo toman protagonismo los dos asientos fabricados a mano y recubiertos de cuero y alcántara, volante y pomo forrados en éste último material, así como salpicadero y paneles de puertas de fibra de carbono. El toque de color lo aporta la decoración en verde, que se extiende por todo el interior, incluídos distintivos GT3-R bordados en los reposacabezas.
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