
Desde Canadá, más en concreto desde la Columbia Británica, nos llega un estudio realizado durante un periodo de un año a varias flotas de vehículos, llegando a la conclusión de que se puede ahorrar fácilmente unos 8.000 euros en un periodo de siete años, sin contar con las ayudas del gobierno, cantidad que para el caso concreto de España, si extrapolamos las cifras, y tras la aprobación de las últimas ayudas por parte del gobierno, podría llegar a los 14.000 euros de ahorro en esos siete años.
Según este estudio, realizado en tres municipios distintos y con operadores de flotas pertenecientes a dos universidades, autoridades de tránsito, autoridades portuarias y una compañía de Starbucks café, los vehículos eléctricos utilizados son capaces de realizar el 94% de las rutas de la flota. El estudio también destaca que con una infraestructura de recarga adecuada esa cifra podría haber aumentado hasta cifras más altas con los vehículos utilizados, a falta de que en un futuro puedan llegar otros vehículos con más autonomía.

El estudio saca la conclusión de que tan solo son necesarios dos años para compensar la diferencia de precio existente entre un vehículo eléctrico y uno convencional e invita a todo aquel que no quiera usar la movilidad eléctrica a, al menos, que se inicie con los sistemas start-stop.
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