
Largas rectas y peligrosos muros son
seña de identidad. Aunque no es tan angosto como Mónaco, en determinados puntos
los pilotos pasan muy cerca de los muros. Tanto que uno de ellos es famoso por
haber hecho caer a grandes pilotos: el Muro de los Campeones, en la
última chicane del circuito es, junto con el Salut Gilles pintado
en blanco en la recta de meta, dos de las imágenes más características de este
emblemático lugar.

En Montreal hemos visto a Fernando Alonso sucumbir a los muros en los
tiempos de Renault, a Sebastian Vettel derrapando y perdiendo la victoria en la
última vuelta en favor de Jenson Button en el 2011; y a Hamilton impactando con
Räikkönen en la salida de boxes. En definitiva, un trazado que pone a prueba la
habilidad de los pilotos y lleva al límite del error, pero que también saca lo
mejor de ellos. Difícil olvidar, por ejemplo y citando uno sólo, el triple
adelantamiento de Felipe Massa en la horquilla de la curva diez.
Hamilton vs Rosberg: guerra
abierta
El dominio aplastante de Mercedes en las seis primeras carreras del año comienza a hacerse insoportable para el resto de equipos. Pero la presión es aun mayor dentro de él: en Mónaco saltaba la chispa con las declaraciones de Hamilton.

Por detrás, Red Bull se acercó en Mónaco al equipo Mercedes, pero Canadá será más complicado para los austriacos. Sus largas rectas exigirán potencia, algo en lo que el motor Renault parece tener una carencia importante con respecto a los teutones. A favor tienen su capacidad de tracción en curva lenta, un punto a tener en cuenta dada las características del trazado.

En la zona media, Force India y Williams buscarán exprimir al máximo la ventaja de su unidad de potencia para intentar ponerle las cosas más complicadas a los italianos y austriacos. Force India está cuarta, a once puntos de Ferrari en el Campeonato de Constructores. Pero McLaren y Williams le siguen por detrás empatadas a 52 puntos.

En los equipos del pelotón, el eco de las celebraciones de Marussia en Mónaco parece seguir resonando. El noveno puesto de Jules Bianchi supuso todo un hito y es clave en la lucha en el Campeonato de Constructores en la zona de cola.

El Circuito Gilles
Villeneuve
Un total de catorce curvas componen el desafío del circuito semipermanente de Montreal. La frenada de la curva 10 y la larga recta anterior a la de meta son los puntos más claros de adelantamiento.

Pasando la línea de meta los pilotos llegan a 300 km/h a la frenada de la primera curva, en la que es fácil perder la referencia en la frenada si uno se pasa de optimista o cuando las condiciones del pista están en el punto intermedio entre la lluvia y la pista seca. Las dos primeras curvas son lentas y no es tarea fácil mantenerse en la línea óptima. Una vez superadas, los pilotos encararán las curvas tres y cuatro, una chicane en la que los pilotos apuran los pianos para superarla lo más rápido posible.
A la salida de la
chicane aguarda un muro que los pilotos pasan rozando. La proximidad de sus
ruedas con el hormigón da una idea de hasta qué punto cada piloto va al máximo
o no en cada momento. Pero hay que ser cuidadosos: un exceso de confianza en el
segundo piano puede hacer perder la trasera del monoplaza y que el roce con el
muro acabe en impacto.
Casi sin tiempo para respirar, tras la curva cinco nos aguarda otra chicane, algo más lenta que la anterior, y que da comienzo al segundo sector. Tras la chicane, una recta y después otra chicane, más rápida que la anterior. Una vez superada, la frenada de la horquilla de la curva 10 es un punto perfecto para intentar el adelantamiento. Si no, hay que procurar situar bien el coche y salir con buena tracción.
Casi sin tiempo para respirar, tras la curva cinco nos aguarda otra chicane, algo más lenta que la anterior, y que da comienzo al segundo sector. Tras la chicane, una recta y después otra chicane, más rápida que la anterior. Una vez superada, la frenada de la horquilla de la curva 10 es un punto perfecto para intentar el adelantamiento. Si no, hay que procurar situar bien el coche y salir con buena tracción.

Notas técnicas

Alerones delantero y trasero: Montreal exige una carga aerodinámica entre baja y media, por lo que veremos alerones mucho más rectos que en Mónaco.

Frenos: Montreal es una de las pruebas más exigentes con
los frenos y en la que habitualmente hemos visto salir humo negro de los discos
cuando estos llegan a su límite. Este año, con la incorporación del sistema
brake-by-wire, los frenos serán un punto crucial tanto para equipos como para
aquellos pilotos que aún sufren tratando de acostumbrarse a él.

En cuanto al DRS, en Canadá volvemos a contar con dos zonas habilitadas para su uso, la recta anterior y la de meta, con un único punto de detección, situado en la frenada de la horquilla en la curva 10.
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