Empieza el SEMA Show de Las Vegas. Comenzábamos hace unas horas con el BMW M5 con accesorios M Performance, y ahora vamos con el BMW M3 que Donald Trump querría tener si BMW no fabricase en México. Este coche, un one-off creado específicamente para el SEMA, celebra la llegada del primer M3 a Estados Unidos hace 30 años, de ahí que los asientos luzcan los colores de la bandera de barras y estrellas. Todo muy americano.
En los reposacabezas se ha bordado la bandera americana con un 30 Jahre que recuerda que no fue hasta 1987, un año más tarde que en Europa, cuando llegó el primer M3 E30 a Estados Unidos. El coche que se ha utilizado como base es un BMW M3 Competition Package, con sus 450 caballos de potencia y caja de cambios manual de 6 velocidades. El color de la carrocería es el Frozen Red II Metallic, que dicen podría ser la reinterpretación moderna del BMW Henna Red del M3 E30 original.
El tono dorado de las llantas, de 19 pulgadas delante y 20 pulgadas detrás, está inspirado en el que lucen los M3 E30 que competían en el DTM. La fibra de carbono del techo se ha teñido en una franja lateral con los colores de BMW M, sutilmente diluidos en el entramado del preciado y ligero material. El alerón posterior es el disponible en el catálogo M Performance, el mismo que equipaba la versión M4 Competition Sport creada en exclusiva para el mercado español. La suspensión ajustable M Performance permite modificar la altura de la carrocería entre 5 y 20 milímetros.
El sistema de escape el titanio con salidas en fibra de carbono, además de mejorar el peso del conjunto, también emite un sonido realmente espectacular. Sus cuatro salidas parecen cañerías, con 93 milímetros de diámetro y un aspecto realmente impresionante. Lo más llamativo de este one-off, es que se pondrá a la venta una vez que termine el SEMA Show, así que el afortunado propietario que se haga con el podrá tener un BMW M3 único en el mundo por solo 130.900 dólares.
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