Cuando creías que Toyota era una marca aburrida centrada en los híbridos y eléctricos, ¡BAM! Se presentan en el SEMA 2017 con una locura japonesa en toda regla. El engendro que tienes sobre estas líneas no es ni más ni menos que un Toyota C-HR, un SUV del segmento B que se fundiría a muchos superdeportivos.
El Toyota C-HR R-Tuned es una bestia de circuito con piel de cordero cabreado con el resto del mundo que en su interior esconde profundos cambios mecánicos y de chasis muy al estilo del Nissan Juke-R, al que sobre el papel también batiría en pista. Bajo el capó de este pequeño SUV se esconde un motor de cuatro cilindros en línea VVT-i con 2.4 litros de cilindrada, aunque su potencia se dispara con respecto al modelo de serie hasta los 600 caballos con la adición de un gigantesco turbo Garret DG-Spec.
Para digerir toda esta potencia con un cuerpo tan pequeño, el chasis de C-HR se ha vitaminado al máximo reforzando toda la estructura. Las suspensiones se han rebajado y reforzado, aumentado el ancho de vías, equipado llantas de 18 pulgadas con neumáticos de alto rendimiento Toyo Proxes RR y un equipo de frenos Brembo. La aerodinámica se ha visto mejorada con el empleo de un kit específico con paragolpes de nuevo diseño delante y detrás, splitter frontal, difusor y un gran alerón fijo que suman 130 kg de apoyo aerodinámico adicional. En su interior se ha eliminado absolutamente todo para dejar la chapa desnuda a excepción de una jaula antivuelco que ayuda a generar una mayor rigidez estructural.
Y no, no se trata de un ejercicio de diseño o una demostración de fuerza sobre el papel, este pequeño monstruo se ha llevado a la pista de Willow Springs para enfrentarse al cronómetro y han afirmado que se han colocado como el quinto coche más rápido con un registro de 1:25,22, por delante de todo un Lamborghini Huracán LP610-4. Según la marca, este bólido ha sido más rápido que los McLaren 650S Spyder, Porsche 911 GT3 RS y Nissan Nismo GT-R.
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