
Sin
la presencia de lluvia, la pista ha mejorado rápidamente, especialmente una
gran diferencia entre la primera y la segunda pasada, en la que los pilotos han
descubierto una superficie con mucho más grip una vez retirada la primera capa
de gravilla. Esto
ha quedado patente con el mejor
tiempo logrado por Thierry Neuville. El belga, se veía obligado a alterar su programa
convencional de tres pasadas por el shakedown después de que un problema
técnico en su i20 WRC le obligase a parar en el primer enlace y a ser remolcado
de vuelta al Parque de Asistencia para que Hyundai Motorsport solucionara el
contratiempo.

Inicio ajetreado de la primera etapa del Rally de
Australia. La
prueba oceánica mantenía las temperaturas suaves y el suelo seco, con unos tramos que se limpiaban rápidamente lo que beneficiaba
especialmente a un Andreas
Mikkelsen que siempre se ha encontrado muy cómodo en esta cita, tal y como lo
demuestra su victoria en 2016. El noruego se ponía líder desde el primer tramo,
en una mañana que comenzaba con muchos problemas para la
mayoría de los pilotos. Empezando
ya por Sébastien
Ogier. El francés,
ya con el título asegurado llegaba tranquilo a la meta de la primera especial.
En su Ford Fiesta RS WRC algunas marcas de guerra en el frontal, fruto de una
fuerte compresión en uno de los pasos de agua que había en este recorrido
inicial. No parecía preocupado el de Gap, que llegaría sólo unos minutos más
tarde al final del segundo tramo asegurando que unos problemas en la caja de cambios
le estaban obligando a hacerlo de forma manual con el cambio secuencial. Aun así,
se mostraba sorprendentemente tranquilo, confiado en acabar el año con un buen
resultado y solventar lo antes posible un futuro que debe pasar por continuar
al menos un año más con M-Sport.

Hayden
Paddon se quejaba de que la base arenosa de los tramos estaba impidiendo que se
limpiaran rápidamente, sin embargo, el segundo
scratch consecutivo de Andreas Mikkelsen confirmaba que sí había cierta mejoría con el paso de
los coches a pesar de que el polvo en suspensión también era mayor. Algunos,
como Kris Meeke, empezaban a plantear la opción de aumentar la diferencia entre
coches para evitar este problema de visibilidad. En
el último tramo regresaba todo más o menos a la normalidad antes de dirigirse
todos los equipos participantes a la asistencia. Ogier recuperaba el cambio
secuencial por levas, mientras que Latvala sustituía el cable del
intercomunicador y Tänak compensaba la falta del difusor con los reglajes de su
Ford Fiesta RS WRC. Craig Breen
conseguía el segundo mejor tiempo en la primera pasada por Sherwood, especial
con la que se cerraba el primer bucle. Era la forma del irlandés de responder a
Yves Matton cuando este pidió a sus jóvenes pilotos que tomaran más riesgos. Craig terminaba entre lágrimas
este TC3,
declarando que cuando todo estaba en el sitio era increíble la sensación. El de Citroën sólo era superado por un
Andreas Mikkelsen completamente imparable que sumaba su tercer scratch
consecutivo. El noruego aventajaba en 16,6 segundos a Kris Meeke y 17,7 al
propio Breen. Cinco scratchs de seis posibles. Ese es el bagaje que presentaba Andreas Mikkelsen después de la primera parte de la etapa del viernes. Una vez
más, el noruego parece adaptarse mejor que el resto a los tramos del Rally de
Australia 2017, demostrando que su actuación hace precisamente un año no fue
casualidad. En cuanto al resto, pocos son los pilotos que no han llegado al
final de las especiales sin faltarles alguna parte del coche.

La
situación era aprovechada por Andreas
Mikkelsen, el cual
conseguía acumular cuatro scratchs en el inicio de la prueba, racha que sólo
conseguiría terminar su compañero y amigo, Thierry Neuville. El tiempo del
belga le permitiría superar a Craig Breen en la general y situarse muy cerca de
Kris Meeke, segundo. Había que bajar
hasta la octava plaza para encontrarnos a un Sébastien Ogier al que le estaba pasando mucha
factura abrir pista y tener los problemas intermitentes en su cambio. Andreas
Mikkelsen cerraba el segundo bucle regresando a la senda del scratch. El noruego, muy
cómodo durante todo el día se presentaba en las dos pasadas por la superespecial
con una renta de 20,9 segundos sobre Kris Meeke y de
23,1 con respecto a su compañero de equipo, Thierry Neuville. En cuarta posición se instalaba
Jari-Matti Latvala después
de que Craig Breen tuviera que ceder algo de tiempo y renunciar a su estrategia
debido a la salida de uno de sus neumáticos duros de la llanta. Esto le
obligaba a montar el neumático blando que llevaba en su C3 WRC, perdiendo unos
segundos con el ganador del Rally de Suecia 2017. El irlandés pasaba a ser
quinto por delante de Tänak, Paddon y Sébatien Ogier que seguía octavo. Quedaban para el final la disputa de las
dos pasadas por la superespecial. Con el nombre de Destination NSW, el corto recorrido urbano 1,27
kilómetros en
Coffs Harbour fue mucho más tranquilo que el
resto de especiales de la jornada. En este caso, han tenido que esperar mucho
los pilotos punteros, los cuales deberían esperar a que el resto de pilotos no
prioritarios completaran los
dos pasos por el tramo antes de salir ellos a una especial que se ha desarrollado en su casi
totalidad sobre asfalto y que incluso contaba con dos saltos artificiales.

Kris Meeke
finalizaba la jornada tercero,
agradeciendo que su salida de pista se hubiera dado en un lugar en el que
pudiera posteriormente regresar al tramo sin grandes daños. Esos 12 segundos
perdidos le permitirían estar más cerca del líder, sin embargo, el norirlandés
consideraba positivamente el no haber acabado allí su temporada 2017. Mientras
tanto, Jari-Matti
Latvala se establecía en la cuarta plaza, por delante de otro piloto Citroën, Craig Breen. En
cuanto al resto, Ott Tänak
bromeaba con sus dos percances de la jornada, en ambos perdía el difusor trasero y
diciendo adiós a gran parte del apoyo aerodinámico en el eje posterior. El
estonio, en actitud muy distendida durante todo el día aseguraba que tenía que
conducir mirando por las ventanillas. En el caso de Esapekka
Lappi y Hayden Paddon la sensación era distinta. En el caso del finlandés, la falta de
dirección asistida le arruinaba por completo el rally, mientras que el kiwi, el
cual corre prácticamente en casa, reconocía que seguía sin encontrar los
tiempos. Le tocó en esta ocasión a Andreas Mikkelsen comprobar en sus carnes lo que se
siente cuando se te escapa una victoria que tenías encaminada por un pinchazo,
en su caso por dos. La segunda
jornada del Rally de Australia 2017 comenzaba con la anunciada lluvia, la cual complicaba
mucho el paso por la especial de Nambucca, con sus 48,89 kilómetros, siendo un
de los tramos más largos del Mundial de Rallyes.

Había
una pequeña tregua en la primera pasada por Newry, el cual contaba con casi el 90%
de su recorrido seco.
A pesar de ello, la mayoría de los competidores se quejaba de falta de agarre
incluso con la goma blanda, lo cual complicaba mucho a la hora de coger
confianza con el terreno. En estas condiciones, la carrera daba un vuelco, con
Andreas Mikkelsen sufriendo un doble pinchazo que no sólo le costaba el liderato al
piloto noruego, sino que también le obligaba a abandonar ya
que únicamente contaba con un neumático de repuesto. No sería el único en experimentar
problemas. Mientras que un
crecidísimo Jari-Matti Latvala se lanzaba de nuevo a recortar los segundos de
desventaja acumulados durante el viernes, Meeke, Ogier y Neuville se
saltaban un cruce y
perdían un tiempo vital. En
el caso del francés, pentacampeón del Mundo de Rallyes, reconocía haber perdido
la concentración y en gran parte la motivación ante la dificultad de salir de
Australia con un buen resultado, mientras que
el belga de Hyundai se quedaba sólo al frente de la carrera, también después de completar la
especial con la rueda delantera derecha fuera de la llanta. No las tenía todas
consigo el nuevo líder ya que reconocía que podía haber roto algo en la caja
de cambios también.

En cuanto al resto, Kris Meeke decía adiós a sus
opciones de
terminar la temporada volviendo a subir al podio. El norirlandés de Citroën
perdía la trasera de su Citroën C3 WRC y golpeaba contra un puente en el tramo
de Welshs Creek. Allí se dañaba la suspensión trasera, obligando al pupilo de
Yves Matton a tomar
el camino de la retirada y ceder la tercera posición a Ott Tänak. Craig Breen pasaba a ser
cuarto, con 25 segundos de desventaja respecto al estonio que deberá
conformarse con la tercera posición final en el campeonato. Por
su parte, Sébastien
Ogier seguía pagando la falta de concentración de la que estaba haciendo gala. A pesar de que tiene la decisión tomada y sólo
está a la espera de poder anunciar su futuro, el francés se está mostrando más
errático de lo que acostumbra y en este caso se traducía en una salida de pista
en Welshs Creek en la que golpeaba el frontal de su Ford Fiesta RS WRC, perdiendo el splitter delantero y
dañando parte del paragolpes.
A pesar de dejarse algo más de 10 segundos, los abandonos de Mikkelsen y de
Meeke le permitían al ya campeón ascender hasta la sexta plaza. Sólo restaban cinco especiales para terminar la temporada y a pesar de la brecha que mantenía Thierry Neuville sobre Jari-Matti
Latvala, por
encima de los 20 segundos de diferencia entre ambos, todo parecía estar
predestinado a mantener la emoción hasta el último minuto. Eran suficientes los tres primeros tramos del domingo
en el Rally de Australia 2017 para vivir una demostración de que la cuarta victoria de la
temporada del piloto belga podía resistirse.

La lluvia
caía con fuerza y esto pillaba por sorpresa a todos los participantes, los
cuales se quejaban no sólo de la falta de visibilidad, sino también de que el
coche flotaba en algunas secciones, casi como hielo reconocía Meeke. En estas
condiciones, Latvala
volvía a crecerse. El finlandés le daba dos bocados a la ventaja de Neuville y
llegaba al último tramo antes de la asistencia con sólo 9,9 segundos de diferencia
con el belga de Hyundai. Sin
embargo, Neuville no estaba dispuesto a dejar su presa, por lo que respondía
con rapidez al jefe de filas de Toyota en el primer paso por Wedding Bells,
dejando su renta en 14,7 segundos a falta de los dos últimos tramos del rally.
Más problemas vivía el resto, especialmente un Ogier que ya estaba quinto, a más
de dos minutos y medio de Neuville, pero que seguía teniendo problemas con el cambio en su
Ford Fiesta RS WRC. Este problema, que también afectaba a la unidad de Elfyn
Evans, provocaba instantes de tensión para la pareja Ogier/Ingrassia, los
cuales incluso entraban antes de tiempo en el tramo y eran penalizados con un
minuto. Finalmente, sólo restaba una especial
para finalizar el Rally
de Australia después
de que los organizadores decidieran cancelar el penúltimo tramo por la gran
cantidad de agua caída durante las primeras horas de la mañana. Si Thierry Neuville se veía muy
confiado a su llegada a la asistencia, la eliminación de este paso por Pilbara le servía para
afrontar con mucha más seguridad el desenlace de la última prueba de la
temporada, en la que además de anotarse su cuarto triunfo del año, también
lograba un subcampeonato que sabe a poco después de quedarse fuera en
Monte-Carlo y Suecia cuando era líder.

Citroën
cierra una de las temporadas más difíciles de su historia en una profunda
crisis a pesar de las dos
victorias conseguidas por Kris Meeke a lo largo del año en México y Catalunya. Los dos
abandonos de Breen y Lefebvre, sumado al abandono de Meeke y la negativa de Ogier a recalar
en la firma francesa, deja entre la espada y la pared a los responsables del
equipo de los dos chevrones. La octava plaza de Kris tras
reengancharse por Rally2 no ayuda a hacer más llevadero el invierno en
Versalles. Nos
despedimos así de una temporada muy emocionante, en la que hemos visto hasta siete
ganadores distintos, el regreso triunfal de Toyota GAZOO Racing, el paso
definitivo de nombres como Elfyn Evans, Ott Tänak o el propio Thierry Neuville.
así como la deslumbrante irrupción de pilotos como Esapekka Lappi o Teemu
Suninen.
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