
Esta tendencia se irá manteniendo en el tiempo y eso implica que las marcas deben prepararse para ello. Los fabricantes europeos y coreanos son los que están más expuestos a este cambio de tendencia. ¿Qué pasará cuando ya nadie quiera diésel? ¿Están preparadas las marcas?
El diésel es el mal

Aclarado este punto, la realidad es que las autoridades le están indicando al diésel de forma más o menos sutil donde está la puerta de salida. Lo hacen con grandes anuncios mediáticos, como prohibir o reducir al máximo la circulación de este tipo de motorizaciones en las grandes ciudades, y sobre todo con nuevas normas anti contaminación cada vez más drásticas para la homologación de los coches diésel. De esta forma, el desarrollo de motores diésel especialmente en los modelos más pequeños no les resulta rentable. Algunas marcas, como Volvo, ya han indicado que renunciaban a estos motores a corto o medio plazo en toda la gama. Otros, como Renault, reconocen que en las gamas más pequeñas, como Twingo y Clio, no volverá a haber diésel porque son muy caros de desarrollar y no son rentables. Al fin y al cabo, Renault está para ganar dinero, no para perder capital con cada motor que vende.
¿Qué pasará con el diésel?

El grupo PSA, fabricante que tiene el menor índice de emisiones en sus vehículos y que se ha volcado desde el primer momento en esclarecer los datos reales de consumo y emisiones de sus marcas, Peugeot, Citroën, DS y en un futuro Opel, ha confirmado que seguirá fabricando motores diésel equipados con el sistema SCR que reduce la emisiones de NOx de forma química directamente en el escape. Sus motores están, en la actualidad, adaptados a la normativa que se pondrá en marcha en 2020, es decir, van cuatro años por delante de la legislación europea. Otro fabricante en alzar la voz para defender al diésel es Jaguar Land Rover, mediante Jeremy Hicks, director de la marca en el Reino Unido. Dejando los vehículos industriales a un lado, pues no son el objeto de este artículo, los principales fabricantes de motores diésel para turismos están en Europa. ¿Cómo van a efectuar los fabricantes esta transición hacia un mercado con cada vez menos cuota para el diésel?
Electrificación y movilidad alternativa

El siguiente paso es la propuesta de modelos 100% eléctricos o híbridos enchufables. Así, de aquí a 2020 todas las marcas de automóviles del grupo, salvo quizá Bugatti, tendrán al menos un modelo eléctrico o híbrido enchufable. Volkswagen ya propone modelos 100% eléctricos y PHEV. Audi está construyendo su gama e-tron de híbridos enchufables que comenzó con el A3 Sportback e-tron y culminará con el SUV eléctrico e-tron Sportback. Las marcas más generalistas no se quedan atrás. SEAT tendrá un modelo eléctrico con la siguiente generación de SEAT León, mientras que Skoda lanzará su modelo eléctrico en 2020.

Si los diésel más pequeños, para moverse por la ciudad ya no son rentables, algunos fabricantes pueden compensar ese mercado no solamente fabricando los coches del servicio de coche compartido, sino también vendiendo ese servicio. Por último, tampoco debemos dejar de lado el importante esfuerzo de promoción del grupo VAG acerca de los coches de gas natural comprimido, o GNC. Sin embargo, las infraestrecturas para este tipo de carburante son todavía insignificantes en muchos países europeos para que todavía tenga un impacto o se puede vislumbrar como una solución de futuro. Pero Volkswagen explora esta posibilidad.
¿Y el resto de marcas alemanas?

De las marcas alemanas, Opel es la que lo tiene más complicado ahora mismo. Recientemente integrada al grupo francés PSA, ya no podrá contar con la tecnología de General Motors y sus prometedores modelos eléctricos, como el Chevy Bolt, que en Europa pasará a llamarse Ampera-e. De todos modos, el precio de venta elevado de un Ampera-e hace dudar de su viabilidad en el mercado. La anterior generación de Opel Ampera/Chevrolet Volt resultó ser demasiado caro para el mercado, a pesar de ser una propuesta muy pertinente.
¿Qué harán los fabricantes del resto de Europa y Asia?

En Renault, sin sorpresa, están dispuestos a abandonar el diésel y apostar por la electrificación de sus modelos, pero en los modelos más pequeños de la marca. No en vano, Renault ha sido el fabricante europeo que más apostó por los coches eléctricos. Lo malo para ellos es que lo hicieron demasiado pronto: Renault Fluence Z.E. y Renault Kangoo Z.E. fueron un fracaso comercial. Sí se venden muy bien a organismos estatales galos, pero esas ventas suelen hacerse a precio de coste Sólo el Renault Zoe parece haber tenido cierto éxito.

Sí, se habla de electrificación e híbridos en las marcas de lujo, como Maserati, pero la realidad es que la única experiencia de FCA en este sector es el de un Fiat 500e eléctrico para el que el CEO de la marca pidió públicamente no lo comprasen. En cuanto a las marcas coreanas y niponas han desarrollado sus motores diésel casi exclusivamente para Europa. Es evidente que podrían usar el I+D que destinan a este tipo de motores hacia híbridos, eléctricos y pila de combustible de hidrógeno, un tipo de energía que parece tener los favores de los asiáticos, especialmente de Honda y Toyota que ya tienen modelos fuel cell en venta: Honda Clarity Fuel Cell y Toyota Mirai.
¿Pero realmente estará el diésel totalmente muerto?
Hay segmentos en el mercado europeo en los que va a ser muy complicado erradicar el diésel. Uno es de las ventas a flotas. Las empresas que compran 100 berlinas para sus comerciales y ejecutivos sólo miran el gasto. Si han de recorrer más de 20.000 km al año, el diésel se impone por su consumo inferior. Y aunque el precio del gasóleo estuviese igualado con el de la gasolina, con ese kilometraje seguiría siendo ventajoso. Otro segmento en el que el diésel todavía tiene futuro en Europa es de los grandes SUV. Salvo modelos abiertamente superlativos, como un BMW X5M, el cliente de SUV quiere un diésel.

En las zonas con poca densidad de población, como pueden ser Galicia o Castilla en España, el diésel sigue siendo el tipo de motor favorito. Y es que allí necesitas el coche para casi todo. En Noruega, país considerado como pionero en movilidad eléctrica, se nos olvida que fuera de las ciudades, el mercado es principalmente diésel. De hecho, el 48% de las matriculaciones a principios de 2017 en Noruega fueron coches diésel, cuando en 2016 fueron de 44,9%. Vamos, que el mercado del diésel experimentó en Noruega un ligero repunte.
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