
Volkswagen, BMW, Audi, Daimler y Porsche están siendo investigados por la Comisión Europea por haber creado presuntamente un cártel que se remonta a los años 90. El objetivo sería discutir y acordar en secreto cuestiones relacionadas con costes, suministradores y la limpieza de emisiones de sus modelos diésel. Las acciones de las compañías se desplomaron el viernes, y es que los inversores se enfrentan a fuertes sanciones.
Un cártel industrial y político

Además, podrían haber discutido su elección de proveedores y el precio de los componentes, y desde 2006 haber negociado el costo de AdBlue, un sistema de tratamiento de emisiones de gases de escape para motores diésel. Entre los detalles estaría el dimensionamiento de los tanques para el tratamiento de las emisiones de diésel de fluidos, acordando usar más pequeños, según Der Spiegel.

Dicha carta fue enviada como respuesta a una investigación de las autoridades alemanas de la competencia sobre un posible cártel del acero. En el documento, la firma alemana admitió un posible comportamiento contrario a la competencia, pero se desconoce si las actividades descritas en el informe pueden considerarse ilegales.

Es lo que se preguntan varios políticos, como el líder parlamentario de Los Verdes, Toni Hofreiter, al que le resulta difícil de creer que la Oficina Federal de Vehículos a Motor, que trabaja en estrecho contacto con los fabricantes, no supiera nada. El líder ha aludido a la canciller alemana Angela Merkel al hablar de amiguismos entre el Gobierno federal y la industria y ha atacado duramente al Ministro de Transporte.
BMW lo niega mientras aumentan las llamadas a revisión voluntarias

También ha comunicado que las conversaciones con otros fabricantes sobre los tanques AdBlue tenían su razón de ser en crear una infraestructura para operarlas en toda Europa. La firma bávara ha afirmado que llevará a cabo una actualización voluntaria del software de los vehículos diésel Euro 5 sin coste para los clientes, con el objetivo de reducir emisiones. Esto se enmarca dentro de un plan de medidas que la industria y las autoridades están diseñando de cara a la denominada cumbre del diésel, que se celebrará el 2 de agosto en Berlín.

Ninguna de las dos firmas han admitido haber hecho nada mal. Tendremos que estar atentos a la cumbre del diésel, donde los fabricantes automovilísticos alemanes y los presidentes de los estados federados buscarán soluciones medioambientales al asunto. Todo queda en casa.
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