Parece que 2017 es el año de los cárteles, en la pequeña pantalla, y en la realidad de la industria de la automoción. Al escándalo que sacudió Alemania hace unos meses en el que los grandes de la industria como Volkswagen, BMW y Audi fueron acusados de formar un cártel allá por los 90, se les unen los camiones.
Scania, perteneciente al grupo Volkswagen, que además de acusado por el cártel de los camiones y el cártel alemán también es culpable por el fraude de las emisiones, ha sido multada por la Comisión Europea con una suma que asciende a los 880 millones de euros por haber participado en un cártel durante 14 años con otros cinco gigantes de los camiones: MAN, Daimler, Iveco, DAF y Volvo. En 2016 admitieron el engaño todos menos Scania, que rehusó cooperar con el Ejecutivo.
Cuando no cooperar sale caro
El gran amaño de precios que practicaron los seis gigantes de los camiones durante 14 años acaba de cobrarse la víctima que le faltaba. La Comisión Europea llevaba investigando desde 2011 la coordinación de precios entre MAN, Volvo, Scania, Iveco, Daimler y DAF. El chivatazo les vino de MAN, que quedó exenta de la multa de 1.200 millones por haber denunciado las malas prácticas.
La peor parte se la llevó Daimler, que recibió en verano de 2016 una sanción de 1.008 millones, seguida por la recién anunciada multa de 880 millones de euros a Scania; 752,7 millones a DAF; 670,5 millones a Volvo-Renault y 494 millones a Iveco, según El País. Sin embargo, haber reconocido el fraude de forma casi obligada tras el chivatazo de MAN les sirvió para reducir sus sanciones en un 10%. Todos menos Scania, claro, que no ha colaborado en la investigación.
Según ha anunciado la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, Scania era la responsable de organizar los encuentros. La primera reunión para fijar precios tuvo lugar en enero de 1997 en Bruselas, y a partir de ahí los seis fabricantes mantuvieron reuniones frecuentes a Lo Soprano. La organización coordinaba los precios básicos de fábrica de sus camiones medianos y pesados según el país de venta, y como no podía ser de otra forma, también alteraban el control de emisiones contaminantes.
Durante las reuniones se pactaban sobreprecios de hasta el 10% en la venta de camiones a empresas y a autónomos. El impacto de estas medidas alcanzó magnitudes bíblicas, pues los seis fabricantes son responsables de nueve de cada 10 camiones vendidos en Europa y que circulan por el Espacio Económico Europeo. Tal y como recoge Reuters, Vestager ha declarado que, en vez de fijar precios, los fabricantes de camiones deberían haber competido entre ellos, también en mejoras medioambientales.
Scania por su parte continúa negando las acusaciones y ha afirmado que apelará la decisión de la Comisión Europea en los tribunales. La primera sanción más alta para un cártel, después de la que han recibido los gigantes de los camiones, fue para un fabricante de monitores de televisión y ordenadores en 2012, que se saldó con una multa de más de 1.400 millones de euros.
Según ha declarado Vestager en una conferencia de prensa, los implicados en el supuesto cártel formado por los grandes fabricantes de coches alemanes están cooperando en la investigación, y no hay evidencias de vínculos entre las dos investigaciones.
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