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Rally de Gales: Ogier, campeón por 5º año consecutivo

Era lo esperado. El actual campeón del mundo del Mundial de Rallyes, Sébastien Ogier, consigue su quinto campeonato consecutivo en tierras galesas, una prueba que siempre ha dominado el francés, y que comenzaba con el shakedown. Condiciones habituales en el shakedown del Rally de Gales, el cual ha recibido con barro y frío a los participantes que han afrontado el recorrido de 3,32 kilómetros en el Clocaenog Forest. Incluso en los reconocimientos ya hemos visto las primeras salidas de pista debido al limitado agarre que presentan los bosques galeses, unas condiciones que han mejorado ligeramente con las primeras pasadas de los pilotos prioritarios, pero que ha encontrado rápidamente el límite de mejora.

En estas condiciones ha sido Elfyn Evans el que ha despuntado, marcando el mejor crono de la mañana y haciendo tres de sus pasadas con un tiempo mejor que el más rápido del segundo, en este caso, Dani Sordo que también ha demostrado una rápida adaptación a los tramos británicos. Los dos pilotos llegan para reivindicarse, para dar un golpe sobre la mesa. En el caso de Evans, que corre en casa, para demostrar que puede liderar el equipo M-Sport si se confirma la salida de Sébastien Ogier hacia Citroën Racing, además era el momento perfecto para lograr su primera victoria, ante sus compatriotas y en casa de la formación de Malcolm Wilson y de DMACK.


En cuanto a Sordo, es la última oportunidad para demostrar su mejoría sobre tierra, creando aún más dudas en la cabeza de Michel Nandan y de los responsables de Hyundai Motorsport sobre cómo enfocar las alineaciones de la próxima temporada. No estará en Australia, por lo que este fin de semana era un todo o nada para el cántabro tras la decepción sufrida en el Rally de Catalunya. Su tiempo al volante del cuarto Hyundai i20 WRC aquí, 2 minutos y 0,4 segundos, se ha quedado a dos segundos y tres décimas del de Evans, el cual ha demostrado que el compuesto de DMACK se adapta a la perfección a este tipo de condiciones. También buenas noticias para M-Sport después del tercer tiempo marcado por Ott Tänak. El piloto estonio disputa aquí su penúltima prueba al volante del Ford Fiesta RS WRC, aún con opciones de título y sabiendo que con sólo terminar él o uno de sus compañeros, la formación de Cumbria sería campeona. Tras él se han situado Jari-Matti Latvala y el otro piloto con opciones todavía de ser Campeón, Thierry Neuville. Hay que bajar hasta la séptima posición para encontrarnos al ganador de los cuatro últimos rallyes de Gales, Sébastien Ogier, el cual sólo ha realizado tres pasadas, consiguiendo su mejor tiempo en la segunda de ellas. Craig Breen, décimo, ha sido el mejor Citroën, dejando entrever que estas condiciones no son las mejores para el C3 WRC. 

Sin contemplaciones. Sébastien Ogier comenzaba enchufado desde el primer metro, tal vez sabedor de que posee uno de esos récords increíbles del Mundial de Rallyes. Y es que el piloto galo, es el único piloto que ha liderado el Rally de Gales desde 2013 con todo lo que ello implica. No ha cambiado la inercia positiva del tetracampeón y su copiloto, Julien Ingrassia, los cuales también se han anotado el primer scratch en esta edición, con cuatro décimas de ventaja sobre Jari-Matti Latvala al llegar a la meta de la primera superespecial de 1,49 kilómetros, este año a disputar en el hipódromo de Tir Prince. Un tramo sin mucha historia pero que presentaba muy poco agarre, es por ello que la mayoría de los participantes no han querido tomar demasiados riesgos en una especial que se completaba en apenas un minuto y 10 segundos. Thierry Neuville cerraba el podio, con sólo una décima de margen respecto a Ott Tänak, el otro candidato al título que queda todavía en pie. El flamante fichaje de Toyota para 2018 ha superado a un grupo de pilotos entre los que se encontraba Elfyn Evans, Andreas Mikkelsen, Esapekka Lappi y Dani Sordo que ya han tenido un gap por encima del segundo perdido respecto a Sébastien Ogier.

Elfyn Evans partía como uno de los grandes candidatos a llevarse la victoria en el Rally de Gales 2017 y estaba cumpliendo con las expectativas. Además del conocimiento de los tramos, el piloto británico se estaba aprovechando del buen rendimiento de sus neumáticos DMACK para marcar diferencias. Aun así, todos los ojos se centran en la lucha por el mundial, con algunas de las piezas importantes empezando a caer en la lucha entre los tres hombres que matemáticamente podían ganarlo. Thierry Neuville era el que más descolgado comenzaba entre el pequeño grupo de pilotos con opciones de título. El belga terminaba la etapa muy enfadado después de ser penalizado con 10 segundos por entrar tarde al control horario tras experimentar problemas con el encendido. Un error que podía pasarle seria factura en sus ya remotas posibilidades de desbancar a Sébastien Ogier. La jornada del viernes no comenzaba mucho mejor, después de una pequeña salida en el primer tramo del día y calar el motor, el piloto de Hyundai se dejaba otro puñado de segundos que terminaban de enterrar sus esperanzas de ser campeón en 2017. No eran buenas noticias para Neuville, que aquí veía como el equipo trabaja para él no sólo con cuatro coches inscritos, sino también por ser el único que cuenta con el nuevo paquete aerodinámico completo en su i20 WRC Coupé, además de los pistones que han sido recientemente homologados por los de Michel Nandan. Tampoco Kris Meeke comenzaba muy dichoso el Rally de Gales 2017

El norirlandés se quejaba de que no había sido posible encontrar las especificaciones correctas para el Citroën C3 WRC después de que el equipo decidiera hacer los test previos a esta prueba en Francia, en unas condiciones muy distintas a las que se encontraron los pilotos este fin de semana. Con todo esto, era Elfyn Evans el encargado de romper la racha de Sébastien Ogier, arrebatándole el liderato ya en la primera especial. Ayudado por el buen grip de las DMACK en estas condiciones de frío y barro, el piloto galés marcaba el scratch en el primer paso por Myherin, algo que le permitía pasar a la cabeza de la prueba con 3,1 segundos de ventaja sobre un Ogier que debe controlar a Tänak después de que Neuville parece haberse descartado así mismo de esta batalla a tres. Sin demasiadas estrategias posibles en cuanto a neumáticos, la jornada se desarrollaba con grandes diferencias entre el tren de los de cabeza y el resto. Evans llegaba al reagrupamiento del mediodía con 6,7 segundos de ventaja sobre Tänak y 16 respecto a Kris Meeke, el cual se aupaba a la tercera posición de la general con 4 décimas de renta sobre el que puede ser su compañero de equipo para la próxima temporada, Sébastien Ogier.

Jari-Matti Latvala se mostraba seriamente decepcionado al no estar más cerca de las posiciones de cabeza. Problemas de subviraje en el Toyota le hacían ceder 20,9 segundos, ya con una ventaja consolidada sobre los cuatro pilotos de Hyundai que no han podio ni tan siquiera establecer a uno de los coches dentro del Top 5. Entre ellos, Sordo era octavo, de nuevo acusando la falta de confianza en tramos con poco agarre. Hänninen y Lappi tampoco estaban teniendo el mejor de los inicios, situándose noveno y décimo, mientras que Craig Breen ha perdido más de un minuto por un pinchazo lento en el TC4. Jornada casi perfecta. Así se puede resumir el primer día en Gales de M-Sport. El equipo con sede en Cumbria tan sólo necesitaba que uno de sus tres coches termine para coronarse campeones de nuevo del Mundial de Rallyes. Tras los siete primeros tramos, esta condición se cumple provisionalmente, estando los tres coches clasificados en las tres primeras posiciones en lo que puede ser la guinda sobre el pastel en un fin de semana histórico. Sin grandes cambios ni la aparición de la lluvia que algunos, como Hayden Paddon, han pedido, los pilotos han salido a los tres tramos del bucle de la tarde ya sabiendo que sería difícil alcanzar el ritmo de Elfyn Evans. 

El galés, ultramotivado por correr frente a su afición se anotaba el primer scratch de la tarde, en la segunda pasada por Myherin, aventajando en 4,2 segundos al tetracampeón, Sébastien Ogier. Precisamente el francés tomaba el relevo sólo unos minutos después, en una abarrotada especial de Sweet Lamb en la que los aficionados han aprovechado las altas temperaturas para seguir la última cita europea del calendario. Tampoco se iría Thierry Neuville a dormir sin su respectivo scratch. El belga, mucho más entonado que esta mañana, superaba en 8 décimas al actual líder, Elfyn Evans, el cual terminaba el primer día con 24,6 segundos de ventaja sobre Ott Tänak y dando esperanzas a todos los británicos de poder ver de nuevo una victoria de uno de sus compatriotas en casa. En tercera posición ya se encuentra instalado Sébastien Ogier. El francés ha recuperado el último escalón del podio cedido durante el bucle matinal en favor de Kris Meeke, mientras que el norirlandés se ha visto obligado a soltar del tren de cabeza al no terminar de encontrar el ritmo en el que se han situado los Ford Fiesta RS WRC de M-Sport y Thierry Neuville.

Malas noticias para Citroën cuando su seguro de vida de esta temporada, Craig Breen, se salía de pista y se quedaba atascado en la cuneta. Los aficionados conseguirían sacarle, pero para entonces ya había cedido muchos minutos. Mientras que Latvala se encaramaba a la quinta plaza, en cerrada lucha con Meeke y ya solucionados en parte los problemas de subviraje, tanto Juho Hänninen como Esapekka Lappi han completado tiempos muy alejados de los de cabeza. Dos de dos. Así ha comenzado la segunda jornada del Rally de Gales, la cual presenta un programa casi maratoniano, con los pilotos levantándose muy pronto y terminando ya de noche con las dos últimas especiales del día. Mientras que ha empezado a caer una ligera lluvia en alguno de los tramos, el comienzo de esta etapa ha sido más o menos tranquilo, con Elfyn Evans atacando para seguir consolidando una ventaja sobre el segundo que ya se sitúa por encima del medio minuto. En apenas 30 kilómetros, los que correspondían a las dos primeras especiales de la mañana, el piloto local era capaz de ampliar su renta sobre Ott Tänak en 11,5 segundos, buena muestra del ritmo que estaba imprimiendo un Evans que está presentando su candidatura para ser uno de los referentes del equipo M-Sport ante la salida del estonio hacia Toyota y con el futuro de Ogier más pintado de rojo que de azul.

Con 36,1 segundos de diferencia, parece que la primera victoria del hijo de Gwyndaf Evans, después de coquetear con el triunfo durante el pasado Rally de Argentina y tener que cederlo en la última especial, cuando un pequeño toque con un puente terminaba por entregarle la primera posición a la remontada arrolladora de Thierry Neuville. Mientras que en el podio se mantiene el pleno de M-Sport, la recuperación del piloto belga de Hyundai le ha permitido meterse en la lucha por la segunda plaza con los otros dos candidatos por el título. Los tres están en menos de 10 segundos, sabedores que el primero que cometa el error no sólo estará diciendo adiós al escalón en la cita británica, sino que también se despedirá de sus opciones de luchar por el campeonato o, en el caso de Ogier, a gran parte de su ventaja en la general. En el caso de Neuville, esta mejora ha venido propiciada por el cambio en el estilo de pilotaje del belga, el cual está usando mucho más el freno de mano para tratar de contrarrestar el excesivo subviraje que padecen los Hyundai i20WRC Coupé. También se mantiene la batalla por la quinta plaza entre Kris Meeke y Jari-Matti Latvala, especialmente después de que Andreas Mikkelsen se precipitara, saltándose la salida del TC9 y fuese penalizado con 10 segundos. 

Dani Sordo se mantiene octavo, por delante de un irreconocible Hayden Paddon al que un pinchazo le ha cortado la progresión. Sólo 2,3 segundos separan a los dos hombres de Hyundai, mientras que Hänninen y Lappi ya han perdido más de dos minutos respecto a Tänak. Dos nuevos scratchs han servido para que Elfyn Evans ya esté cerca de aventajar en un minuto al segundo clasificado. El piloto de M-Sport ha tensado la cuerda, basando su velocidad en el conocimiento de los tramos galeses. Con un nuevo ataque que le ha reportado el mejor tiempo en dos especiales más, el británico ha conseguido desembarazarse de la presión de Ott Tänak que también ha tenido que ceder la segunda plaza ante el empuje de un inspirado Thierry Neuville. Buena muestra del cambio de inercia de este año respecto a pasadas campañas, es que tanto Tänak como Evans ya tienen más scratchs en 2017 que el galo, algo que no había sucedido desde el duelo entre franceses mantenido con Loeb en Citroën.

Aun así, Ogier puede estar relativamente tranquilo en la cuarta posición que ocupa en la actualidad. El tetracampeón necesita salir de Gales con 31 puntos de ventaja sobre Tänak y Neuville, por lo que además de no encontrar el ritmo durante toda la mañana, ha preferido adoptar una estrategia más conservadora a la espera de un error de alguno de sus máximos rivales por el título. También se ha roto el triplete perfecto que había mantenido M-Sport hasta el TC11, pasando Neuville a ser segundo. La mayor noticia ha sido el abandono de Mads Ostberg, el cual ha comenzado a sufrir problemas de diferencial central desde el inicio de esta segunda jornada, tomando finalmente el equipo la decisión de terminar por hoy para tratar de buscar el problema.  Los primeros tramos del segundo bucle han mantenido la tónica, con Elfyn Evans cediendo el primer scratch de la jornada, en el tramo de Dyfi en el que Thierry Neuville aprovechaba para atacar y consolidarse en la segunda posición. El belga se está convirtiendo en el otro gran centro de atención con un pilotaje con el que está sacrificando las frenadas para tratar de ganar en aceleración. Después de su inicio plagado de problemas, su ritmo durante el sábado es claramente superior al de los otros dos contendientes por el título mundial.

Con algo más de barro gracias a las lluvias caídas durante la mañana, la disputa del tramo de Gartheiniog y Dyfi cumplían con las peticiones realizadas por algunos pilotos, los cuales habían reglado sus monturas esperando unas condiciones meteorológicas clásicas para el Rally de Gales. El propio Evans reconocía que había tratado de ser más suave con los neumáticos, sabedor de que la jornada era muy larga. Con Ogier y Tänak cediendo terreno, era buen momento para saber cómo quedaría el Mundial de Rallyes con las posiciones actuales y discriminando en este caso los puntos extra que pueda conseguir cada uno en la Power Stage. Con Neuville en segunda posición, Tänak tercero y Ogier en cuarta plaza, las cuentas darían campeón al francés en el caso de que ninguno consiguiera sumar más puntos en el último tramo del domingo. Con las pistas forestales más mojadas, los problemas se empezaban a suceder. El primero de ellos era Kris Meeke, el cual llegaba a la segunda parte del TC12 sin el plano superior del alerón trasero en su Citroën C3 WRC, algo que hacía que la trasera se moviera un poco más a la hora de acelerar al no contar con los mismos valores de carga aerodinámica. 

En cuanto a Hayden Paddon, la buena labor realizada en el bucle de la mañana, superando a Dani Sordo y pasando a ser octavo, quedaba algo empañada en estos tres tramos con los que comenzaba la jornada vespertina. Problemas hidráulicos que le afectaban a la caja de cambios y a los diferenciales le hacían perder mucho tiempo al neozelandés. En la corta especial del castillo de Cholmondeley, Thierry Neuville le arrebataba por medio segundo el mejor tiempo a un Dani Sordo que recortaba en menos de dos kilómetros 5,7 kilómetros a un Paddon acosado por los problemas de fiabilidad en su Hyundai. En ese mismo tramo acababa el día para Juho Hänninen, el cual rompía la suspensión al chocar contra un árbol. Sin duda la peor forma de despedirse del equipo Toyota. Nadie se libraba de los problemas en la penúltima especial de la segunda etapa. Con el cansancio acumulado después de una jornada muy larga y con la necesidad de competir ya de noche con las parrillas de faros que, en algunos casos, como el de Andreas Mikkelsen, no han ayudado a la visibilidad debido a la niebla. Con muchas dificultades para encontrar el ritmo y las referencias en mitad de la noche Jari-Matti Latvala y Sébastien Ogier han sacado provecho de la situación y en el caso del francés, ha dado un paso de gigante para coronarse Campeón del Mundo por quinta ocasión consecutiva.

Y es que no era fácil afrontar una especial así. La mayoría coincidían en que apenas había visión, unas condiciones en las que Latvala y Hayden Paddon han despuntado y que incluso servían al finlandés para encaramarse a la cuarta posición de la general, aprovechándose de la sangría de segundos sufrida por Ott Tänak en esta decimoquinta especial de la prueba. El estonio se dejaba 31,4 segundos respecto a Latvala, cayendo desde la tercera hasta la sexta plaza. Thierry Neuville todavía se dejaría más tiempo, permitiendo incluso que Sébastien Ogier le superara en la general y se situara segundo, una posición que, de confirmarse, le daría matemáticamente un nuevo título a la pareja Ogier-Ingrassia sin necesidad de sumar ningún punto en la Power Stage. Ogier conseguía el cuarto mejor tiempo en el TC15 incluso después de haber sufrido una pequeña salida de pista en la que pinchaba y dañaba uno de sus frenos de disco, el cual debería retirar en el siguiente enlace. Dani Sordo era otro de los que más tiempo se dejaba, un minuto respecto a los cronos realizados por Latvala y Paddon. El de Puente San Miguel caía a la décima posición de la general tras Esapekka Lappi, no parando a hacer ninguna declaración en meta y siendo muy parco al final del día.

Las condiciones de cara a la siguiente especial seguían complicándose, con la niebla y la lluvia sumándose a la oscuridad de la noche, aunque en este caso la situación sería menos rocambolesca que en el anterior tramo. A pesar de sólo llevar tres discos de freno, Ogier terminaba medio segundo por delante de Neuville el día, una posición que le daría automáticamente el título Mundial sin necesidad de obtener puntos en la Power Stage. En la cabeza de la prueba, Elfyn Evans dilataba su ventaja por encima de los 53 segundos, casi asegurándose el triunfo a falta de las cinco especiales. Por último, Toyota GAZOO Racing confirmaba que no podrán reparar el Yaris WRC de Juho Hänninen por lo que el finlandés se despide del equipo japonés con un abandono. Su copiloto, Kaj Lindström realizará las tareas de director deportivo a partir del próximo Rally de Australia, mientras que no se conoce el futuro del piloto. Día muy emocionante el que se ha vivido en el Rally de Gales. La cita británica llegaba a su última jornada con un piloto local al frente de la prueba a punto de conseguir su primer triunfo, mientras que el equipo M-Sport estaba a la espera de asegurar de forma matemática lo que podía ser el doblete, con la consecución de los títulos de fabricantes y de pilotos con la pareja formada por Sébastien Ogier y Julien Ingrassia, sus flamantes fichajes para esta temporada 2017 del Mundial de Rallyes.

La mañana comenzaba con Elfyn Evans gestionando su renta. Recordemos que, en Argentina, un toque en la parte trasera dañaba su difusor y el paragolpes, haciéndole perder en las últimas especiales del sábado toda la ventaja acumulada y dando pie a la remontada que llevaría a la victoria final a Thierry Neuville. Mismos protagonistas aquí, el belga de Hyundai se centraba en ampliar la brecha sobre Sébastien Ogier y confiar en que su buen amigo, Andreas Mikkelsen, y Jari-Matti Latvala podrían dar caza al galo en este final de prueba. El finlandés ya demostró en las últimas dos especiales de la jornada del sábado que estaba dispuesto a poner las cosas muy difíciles a su antiguo compañero de equipo en Volkswagen. Esta sensación quedaba refrendada durante los primeros tramos del domingo, en los que el ahora líder del equipo Toyota se echaba encima paulatinamente de Ogier, el cual no podía entrar en lucha con un Thierry Neuvile que volvía a imprimir una marcha más, sabedor de que ya no dependía de sí mismo para llevar el título al tiempo añadido de este Mundial 2017. Un mal penúltimo tramo para Latvala lo relegaba a la quinta posición, nueve décimas por detrás de Andreas Mikkelsen. El noruego pasaba en esos momentos a ser la mayor esperanza de un Thierry Neuville que necesitaba que su nuevo compañero de equipo recortara 4,5 segundos al cuatro veces Campeón del Mundo. 

Recordemos que Neuville debía recortar aquí ocho puntos a Ogier para poder llevar la lucha por el título a la prueba oceánica. Después de los problemas con la visibilidad, Tänak quedaba sentenciado al no poder recuperar el tiempo y la posición respecto a Sébastien. Elfyn Evans conseguía su tan ansiado triunfo junto a su copiloto, Daniel Barritt, en parte eclipsado por la resolución del título de 2017. El galés ganaba en casa, al volante de un coche construido por un equipo privado británico y con neumáticos ingleses. Se convertía de esta forma en el séptimo ganador de la temporada, el tercero que logra estrenar su palmarés este año después de Ott Tänak y Esapekka Lappi. Su actuación durante todo el fin de semana no ha tenido tacha, consiguiendo el tercer triunfo british en esta emocionante temporada. Hay que remontarse a 2001 para encontrar a dos pilotos británicos distintos ganar en la misma temporada, en aquella ocasión, el honor correspondió a los desaparecidos Richard Burns y Colin McRae. No podía soñar con un fin de semana mejor Malcolm Wilson, alma mater de este proyecto que hace tiempo se hubiera disuelto sin su testarudez, trabajo y buen hacer. Además del triunfo de Elfyn Evans, la formación de Cumbria celebraba un nuevo título mundial de constructores tras una temporada en la que han conseguido superar a tres equipos con apoyo directo de fábrica y presupuestos superiores al de M-Sport. 

Todavía quedaba mucho por celebrar, especialmente cuando Sébastien Ogier y Julien Ingrassia cruzaban la meta y se aseguraban puntuar en la Power Stage, algo que les daba matemáticamente el título Mundial, el quinto consecutivo de sus carreras deportivas. Todo ello a pesar de que Thierry Neuville se aseguraba los cinco puntos en este último tramo y la segunda plaza, pero no sería suficiente para recortar esos 8 puntos que necesitaba. M-Sport conseguía por primera vez que uno de sus pilotos se coronara Campeón del Mundo con uno de sus coches tras dos décadas compitiendo al máximo nivel desde que Ford le encargase el desarrollo del Escort WRC. Por su parte, Dani Sordo se despide esta temporada con un mal resultado después de los problemas experimentados al final de la jornada y sin haber encontrado el ritmo en condiciones deslizantes. El cántabro finaliza así una temporada en la que ha mostrado buenas sensaciones, especialmente en la primera mitad del calendario, pero en la que los resultados no han terminado de llegar, en muchas ocasiones por falta de sensaciones con el coche, algo que ha lastrado y mucho las opciones de que Sordo pueda disputar la próxima campaña al completo con Hyundai, seguramente compartiendo coche con Hayden Paddon.

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