La tradición de versiones de corte deportivo de la familia Volkswagen Golf es bastante larga, empezando por el primer Golf GTI de la historia, lanzado en 1976 con 112 CV, y continuando por versiones como los G60, VR6 o el más reciente Golf R. Ahora, al último representante de esta estirpe de Wolfsburgo el especialista ABT Sportsline ha decidido meterle mano.
El objetivo de ABT debía ser equiparar el Volkswagen Golf R con su primo el Audi RS 3 Sportback, o al menos esa es la sensación que nos queda después de que su motor 2.0 litros turboalimentado pase de los 310 CV y 400 Nm de serie hasta nada menos que 400 CV y 500 Nm. Esta mejora de potencia del 30% se consigue básicamente gracias a cambios en la gestión electrónica del motor de cuatro cilindros, y sólo está disponible para versiones equipadas con la caja DSG de doble embrague.
ABT ofrece también otra opción, con un resultado de 370 CV y 460 Nm, disponible para modelos con caja de cambios manual. Otros cambios significativos, sobre todo en pro de un mejor comportamiento, son las barras estabilizadoras ABT o la suspensión ABT opcional con muelles deportivos. Si se quiere aún más agachado, se ofrece un kit ajustable que permite rebajar el eje delantero en hasta 40 milímetros, con el eje trasero bajando hasta 45 milímetros.
Además, hay un equipo de frenos adicional con pinzas de seis pistones. El conjunto queda redondeado por un silencioso trasero ABT que mejora el sonido del escape, colas de escape de color negro, llantas de aleación en diseño ABT de 18, 19 ó 20 pulgadas, así como elementos aerodinámicos que incluyen taloneras o un difusor trasero.
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