
La startup inglesa Zap&Go, fundada por Stephen Voller en 2013, tiene otra propuesta, basada en sustituir el compuesto principal de las actuales baterías, el litio, por una avanzada forma de carbono o nanocarbono, más seguro y capaz de recargarse mucho más rápido. El objetivo es conseguir una capacidad similar a las actuales, pero con un tiempo de recarga de cinco minutos.
Una tecnología en desarrollo
Aunque esta tecnología C-Ion está aún en desarrollo, la empresa con base en Oxford, Inglaterra, y Carolina del Norte, Estados Unidos, tiene planes de llevar a producción sus baterías este mismo año para pequeños dispositivos, aunque para aplicaciones en el mundo del automóvil quedarían todavía unos años de trabajo. La premisa principal de esta tecnología, que no se limita a los coches eléctricos sino a cualquier dispositivo electrónico alimentado por baterías, es poder recargar las celdas mucho más rápido, algo que en las de ión-litio se limita debido a la alta volatilidad del propio litio y al riesgo de incendio que supone cargarlas más rápido.
La promesa de poder recargar una batería en un tiempo prácticamente equiparable al que lleva repostar combustible en un automóvil convencional es posible gracias a las investigaciones de la Universidad de Oxford, cuyas patentes utiliza Zap&Go. Veremos qué nos depara el futuro en este sentido.
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