
En 2015, la compañía americana tuvo que hacer frente al pago de 900 millones de dólares para retrasar la causa y evitar que se llevara a juicio a cualquier trabajador y se aprobó un Fondo de Compensación para las víctimas de 600 millones de dólares, entre otras cuantías. En enero tuvo que desembolsar un millón de dólares por no estimar el daño que podría tener esto en sus cuentas y no evaluar la necesidad de divulgar la información.
¿Fin del caso de los bombines defectuosos?

Por su parte, el abogado principal de la demanda colectiva, Robert Hilliard, declaró en abril que General Motors se escudó en una falsa bancarrota para no hacer frente a los cientos de casos de fallecimientos y lesiones que se han congelado durante años. General Motors ha afirmado tras el anuncio del acuerdo que impulsará una nueva estructura organizativa dedicada a la seguridad global de sus productos así como un programa para alentar a los empleados a comunicar posibles problemas de seguridad.

En 2015, General Motors pagó 900 millones de dólares para resolver una investigación criminal del Departamento de Justicia de Estados Unidos y aceptó tres años de supervisión por parte de un monitor independiente luego de haber sido acusado de fraude electrónico. Esta última sanción para compensar a los afectados podría hacer que el gigante de Detroit pasara página, sin embargo la compañía aún enfrenta algunas demandas relacionadas con la retirada del peligroso sistema de encendido.
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