En julio, Alemania revivía un oscuro episodio que pasaría a la historia de la automoción con un posible cártel orquestado por los principales fabricantes de automóviles alemanes. Otro escándalo sacudía mucho antes la esfera de los camiones con otro cártel, esta vez probado, entre MAN, Daimler, Iveco, DAF y Volvo. Mientras un multazo a Scania daba carpetazo al asunto, el otro cártel se ha seguido investigando.
Tal y como informa Automotive News, las oficinas centrales de BMW en Múnich han sido asaltadas por funcionarios antimonopolio de la Unión Europea. Mientras tanto, Daimler ha presentado una solicitud de inmunidad de multas ante la Comisión Europea: afirma haber dado el chivatazo acerca de la conspiración.
El primer registro de la investigación
El personal de la Unión Europa realizó una inspección el pasado 16 de octubre en las oficinas centrales de BMW en Múnich, por primera vez desde que de destapara el escándalo. La firma bávara afirma estar colaborando en la investigación, que recordemos que se centra en dilucidar si se celebraron posibles reuniones secretas durante décadas para burlar las leyes de la competencia.
En estas reuniones, estos gigantes podrían haber colaborado desde hace décadas para fijar los precios de los sistemas de tratamiento de emisiones de dióxido de carbono utilizando comités de la industria, cosa que BMW ha negado, además de discutir su elección de proveedores y el precio de los componentes, y desde 2006 haber negociado el costo de AdBlue.
Daimler afirma haber dado el chivatazo
El consorcio alemán Daimler está pidiendo inmunidad, pero recordemos que para que esto ocurra, debe ser esta empresa y no otra la que dio el chivatazo por primera vez acerca de la situación de monopolio, proporcionando suficiente información a la Comisión para justificar inspecciones. De momento, esta situación no se ha confirmado: la Comisión se ha negado a identificar la fuente original del aviso para evitar comprometer su investigación. En el cártel de los camiones, investigado por la Comisión Europea desde 2011, fue MAN la que dio el chivatazo acerca de las malas prácticas, quedando exenta de la multa de 1.200 millones. Todos reconocieron el fraude, lo que les sirvió para reducir las sanciones en un 10 %.
Todos menos Scania, que no colaboró con la investigación y consecuentemente tendrá que asumir una multa de 880 millones de euros. En el caso del posible cártel, en el que están implicados Volkswagen, BMW, Audi, Daimler y Porsche, Daimler se ha posicionado: el consorcio afirma haber sido el denunciante de la situación y no ve la necesidad de reservar fondos para posibles multas antimonopolio. Volkswagen también podría beneficiarse de ventajas por compartir información. En realidad se trata de una carrera: el que aporte pruebas en primer lugar, podrá ver las multas reducidas en hasta un 50 %.
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