En Estados Unidos es normal que utilicen millas en lugar de kilómetros para medir las distancias. Lo que en el viejo continente es un trayecto de cinco minutos allí se multiplica, las distancias se acentúan al máximo para cualquier cosa hasta el punto de necesitar cajeros automáticos en los que sacar efectivo sin bajarte del coche.
Y allí estaba el conductor de un SUV, en un cajero de Rockford cuando tuvo que abrir la puerta de su Kia Sorento para llegar al cajero con tan mala suerte que al estirarse pisó el acelerador. El resto es más rocambolesco aún que la propia situación, porque cogió velocidad, chocó contra la pared del recinto y saltó literalmente por encima de un Hyundai que pasaba por allí.
Estados Unidos, a la cabeza en confusiones entre acelerador y freno
Vale, sí, es un poco el colmo de la vagancia, pero tiene su razón de ser y además los americanos son así, tenemos que quererlos igualmente. Lo que ya cuesta más es entender la cantidad de problemas que tienen con las cajas de cambios automáticas. Es una relación extraña. No se trata ni mucho menos de la primera vez que algún conductor de coches sin embrague termina el día haciendo una visita no programada al hospital y es que según los datos de un informe elaborado por la National Highway Traffic Safety Administration, en 2012 se produjeron unos 16.000 accidentes en Estados Unidos por confusiones entre el acelerador y el freno.
Los datos son fríos pero en este mismo informe se apunta a que eran los menores de 21 años y los mayores de 65 años los que mayor porcentaje de incidentes protagonizaban, mientras que el 60% del total eran mujeres. Sin ir más lejos hace relativamente poco una mujer sufrió el susto de su vida en Austin cuando la conductora de un BMW 328i Cabrio se precipitaba al vacío desde la séptima planta de un aparcamiento. Mientras aparcaba su descapotable confundió freno con acelerador, se asustó, aceleró a fondo, atravesó la pared y cayó al vacío. Por suerte vivió para contarlo. Precisamente en Estados Unidos, un país que ha defendido siempre la comodidad de las cajas de cambios automáticas, choca que los conductores cometan tantos errores al confundir entre sólo dos pedales.
Lo cierto es que más que sólo confusiones habría que introducir el factor del despiste a la ecuación. O la negligencia. En el caso del cajero podemos ver cómo las luces de freno no se encienden en ningún momento, lo que quiere decir que en lugar de cambiar el pie y frenar, el conductor se asusta y acelera a fondo. El asunto es que todo esto pasa por no haber cambiado de posición la palanca de cambios ni haber echado el freno de mano. En lugar de detenerse en el punto indicado, el conductor tiene que abrir la puerta para alcanzar el cajero, y lo hace con la posición D engranada. De haber hecho algo tan simple como colocarlo en P, la transmisión habría quedado bloqueada y el coche no se hubiera movido por mucho que hubiera pisado el acelerador.
Tiempo atrás tuvimos que lamentar la pérdida del actor Anton Yelchin de 27 años tras haber sido atropellado por su propio Jeep Gran Cherokee. Aparte del suceso de Yelchin, Jeep detectó otros 41 incidentes más con heridos, todos relacionados con un funcionamiento confuso del selector de la caja de cambios en los modelos de FCA. En todos los casos las transmisiones se quedaban en modo N o no se llegaban a poner en dicha posición, por lo que en los coches sin freno de mano automático o sin medidas de seguridad como forzar la posición P cuando se abre la puerta del conductor como ocurría en los Jeep, echaban a rodar con el consiguiente peligro que esto conlleva.
Interesante caso.
ResponderEliminarLaverdad es que me gustan los automaticos por las caja de cambios.
saludos