Desde que se destapara el engaño englobado en el escándalo por el fraude de las emisiones de Volkswagen en 2015 no hemos parado de recibir noticias sobre multas, nuevas pesquisas y hallazgos y el resto de actores implicados. Hace poco menos de un año, los abogados de los clientes afectados por el fraude acusaron a la multinacional alemana de componentes Bosch de desempeñar un papel crucial en el proceso.
Ahora parece estar más claro que el punto clave en el caso se encuentra en Robert Bosch Gmbh, la cual según un estudio, creó el software que habilitaba a Volkswagen y a Fiat Chrysler a evadir las normas de emisiones diésel durante años.
El engaño más complejo de la historia de la automoción
Las sospechas de que Bosch jugara un papel crucial en el entramado del escándalo de emisiones no son nuevas; los abogados de los clientes afectados por el fraude acusaron a la firma alemana en 2016 de ser partícipe conocedor y activo durante el proceso fraudulento. A través de documentos confidenciales que aportó Volkswagen y un correo de Bosch en 2011, los abogados aludían a un profundo conocimiento de lo que estaban haciendo.
Ahora un estudio llamado 'Cómo lo hicieron: un análisis de dispositivos de desactivación de emisiones en automóviles modernos', elaborado durante un año por investigadores de la Universidad de California, San Diego y la Ruhr de Bochum en Alemania, ha determinado que el software de Bosch detectaba que el vehículo estaba siendo sometido a una prueba de emisiones de gases y producía menos NOx. En condiciones normales, los coches emitían hasta 40 veces más NOx de lo permitido.
Según Bosch, las acusaciones de que sus empleados conspiraron con Volkswagen para falsear los límites de emisiones salvajes y sin fundamento. Según las informaciones, los autores del estudio llegaron a esas conclusiones analizando documentos técnicos con el copyright de Bosch, que fueron publicados en un portal de Volkswagen dirigido a entusiastas que alteran el software de su motor.
Los científicos encontraron 10 perfiles distintos disponibles para diferentes modelos de control. El sofware determinaba cuándo se cumplían determinadas condiciones, que al ser confirmadas, iniciaban el proceso de fraude. Este incluía la velocidad, la posición del volante y la distancia. En el estudio se analizaron 926 versiones del software, creadas durante un período de ocho años, constatando que 406 incorporaban esta funcionalidad fraudulenta.
Volkswagen intentó además ocultar el procedimiento dando al software un nombre que sugería una funcionalidad distinta. Kirill Levchenko, científico adscrito a la Universidad de California en San Diego y que participó en la investigación, declaró que el procedimiento para engañar a los sistemas de control es el más complejo de la historia de la automoción, y pone de manifiesto lo complicado que es determinar si los fabricantes cumplen con las normativas o no.
Levchenko explicó que todos los automóviles modernos cuentan con unidades de control que funcionan como cerebro, analizando los datos generados por todos los sensores instalados en el coche. Entre sus funciones está controlar que las emisiones se mantengan en un nivel ajustado a la ley.
Bosch se lava las manos
Los autores reconocieron que los documentos no fueron proporcionados o verificados por Bosch y que los fabricantes de automóviles deciden en última instancia cómo utilizar el software de control de contaminación en sus vehículos. Esto significa que a pesar de los resultados del estudio, no se puede afirmar con total seguridad que efectivamente la empresa de componentes jugara un rol predominante en el caso de falseo de emisiones.
La oficina del fiscal de Stuttgart inició una investigación en 2015 para determinar si el personal de Bosch estaba involucrado en la manipulación de las pruebas de emisiones por parte de Volkswagen, aunque siempre se ha escudado en que no es responsable de cómo los fabricantes integran sus componentes en los vehículos. En Estados Unidos, Bosch acordó pagar principios de este año 327,5 millones de dólares a los propietarios de vehículos afectados en el escándalo por su papel en el desarrollo de motores afectados por las emisiones engañosas.
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