Nadie lo pudo
parar, ni siquiera el recuerdo de lo ocurrido el año pasado. Thierry Neuville y
Nicolas Gilsoul añadían sus nombres a la lista de prestigiosos
ganadores del Rally
de Suecia, completando una prueba sin errores, en la que supieron
mantener el tempo de la carrera en todo momento a pesar de que las diferencias
se mantuvieron muy apretadas. Llegó además en el punto justo y en el lugar
adecuado, especialmente después del difícil de asumir Rally Monte-Carlo vivido
hace unas semanas.
Sin duda no fue
fácil. Las
condiciones de este año de la cita nórdica obligaban a hilar muy
fino, con pistas muy estrechas en las que cualquier error te podía hacer perder
una gran cantidad de segundos. Aun así, la pareja belga contó durante todo el
fin de semana con viento a favor. Sin dejarse llevar por la polémica surgida de
nuevo por el orden de salida a los tramos, Neuville lograba encaramarse a lo más alto de
la general con su séptima victoria en el WRC, quizás una de las más
especiales y la que le permite además adoptar el papel de líder en solitario
que se le negó el año pasado.
Por ahora,
ya ha
prometido salir a aguantar en México, prueba en la que les tocará sufrir
y para la que ya ha dejado un recado a su mayor rival por el campeonato. El de
Hyundai no se calla y por ahora luce una gran sonrisa a pesar de saber que
tendrá que sacar la escoba en la cita norteamericana dentro de menos de un mes. La actuación de Craig Breen
fue más que meritoria. El irlandés recibía hace sólo unos días la
presión de Linda Jackson, la cual seguía la línea de Carlos Tavares y exigía
resultados a sus pilotos a pesar de que el presupuesto ha sufrido un recorte
que en la firma de los dos chevrones no han querido reconocer. Craig estuvo
colosal, inmiscuyéndose entre lo que parecía que podía ser un triplete de
Hyundai Motorsport y tapando las debilidades del C3 WRC en un fin de semana en
el que Ostberg y Meeke sufrían de nuevo.
La inexplicable decisión de Citroën
Racing hará que Breen tenga que parar después de su mejor resultado en el
campeonato. En México y Córcega será
Sébastien Loeb el que se ponga al volante de su coche, dos meses fuera en el
momento en que Breen está más en forma. En lo que
respecta al tercer escalón del podio, Andreas Mikkelsen sumaba su primer podio con
Hyundai después de llegar al equipo en el Rally de Catalunya 2017. El noruego
se mostraba contento por los puntos y porque en México gozará de una posición
de salida favorable, pero lamentaba que no se había encontrado cómodo con el
coche durante el rally, asegurando que durante sus jornadas de test se había
encontrado unas condiciones distintas a las de sus compañeros, por lo que sus
reglajes eran demasiado agresivos para la zaga.
Los juegos de
Sébastien Ogier
La estrategia de
M-Sport no se puede negar que fue inteligente. Maximizaron las opciones de
puntos de Sébastien Ogier, aunque fuera a costa de estrategias de
penalizaciones y de cambios de posición de salida cuestionables. La penalización a Elfyn
Evans por llegar tarde al control horario tras la Power Stage le
reportó al francés 5 puntos finalmente en la general, de nuevo destapando la
caja de los truenos ante una problemática que tendrá difícil solución si
tenemos en cuenta que en los rallyes, al contrario de los circuitos, siempre
alguien saldrá perjudicado. En esta ocasión
le tocó a Ogier. Sus criticas
desaforadas a la organización, incluso con alguna acusación de
discriminación, no fueron consecuentes. Sí, los tramos estaban muy blandos, no
había prácticamente capa de hielo y las máquinas no habían aplanado lo
suficiente algunas zonas para lograr una base consistente que no se destrozara.
Sin embargo, esto
también afectó a Ott Tänak y Jari-Matti Latvala, segundo y tercero en
salir a los tramos durante el viernes y en ambos casos fueron capaces de
admitir que se trataban de las reglas del juego, e incluso en el caso del
estonio, pediría disculpas unos minutos después de lamentarse por primera y
única vez en el fin de semana. Demasiado pronto
para comenzar con esta suerte de guerra
de guerrillas y para retomar una polémica que parecía enterrada después
de que la FIA tomara la decisión de que el líder del campeonato no abriera
pista el segundo día. Siempre habrá condiciones en las que alguien sale
perjudicado por salir primero a los tramos, eso es inevitable, eso son los
rallyes. Sigue
teniendo cierta lógica que no se penalice a los pilotos con peores resultados haciendo
este trabajo de limpieza porque de hacerlo, la brecha entre los de delante y
el resto sería mucho mayor y los alicientes serían incluso menores.
Estamos
sólo ante la segunda prueba del mundial y los juegos de Ogier a los que se refería Tänak pueden ser
peligrosos, especialmente para la formación dirigida por Malcolm
Wilson si tenemos en cuenta que actualmente Hyundai cuenta con un
ejercito más sólido que el de M-Sport y con la opción de tener a
dos terceros pilotos con programas parciales que pueden hacer sacrificios. A pesar de que
los problemas
de reglajes le acosarían al final de la prueba, mostrándole la cara
habitual del Citroën C3 WRC, Mads Ostberg estuvo mucho más centrado que en las
dos temporadas anteriores. Aun así, lograría el salto más largo en el Colin’s
Crest del tramo de Vargåsen con 41 metros. Poco le importaba en esta ocasión al
noruego que estaba buscando terminar con nota su examen con la firma de los dos
chevrones. Se le notaba pensativo, con la cabeza en otro lado ante las
felicitaciones de los periodistas que le esperaban en la meta de dicha
especial. Este año importaban más los segundos que los metros.
El que se quitó
la espinita fue sin duda Esapekka Lappi. El finlandés cometió en Monte-Carlo un
error de bulto al salirse en la Power Stage y perder la cuarta plaza. Su gran labor el domingo
en Suecia daría la vuelta a la situación, superando a dos pilotos para
terminar cuarto en una prueba en la que los Toyota no se encontraron tan
cómodos como el año pasado. Poco o nada pudo hacer Hayden Paddon para frenar el
ataque de Lappi, aunque el neozelandés dejó algunas muestras de recuperación
tras la durísima campaña 2017 que vivió. Con muy pocos abandonos entre los WRC,
de nuevo la
de arena la volvió a poner Kris Meeke, abonado a fallar en los momentos
de presión, mientras que M-Sport deberá dar de cierta estabilidad a Teemu
Suninen si quieren que este pase a ser una pieza importante en el equipo.
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