
Las muy cuestionables prácticas llevadas a cabo por un centro de investigación en 2014 están afectando a la reputación de Volkswagen, aunque no a sus ventas, en los juicios que enfrenta por el Dieselgate. La unidad estadounidense pidió hace unos días suspender temporalmente varios juicios debido a los comentarios incendiarios de Michael Melkersen, un abogado que representa a propietarios afectados por el escándalo. El primer juicio que ha pedido ser aplazado seis meses es el del propietario de un Jetta de 2014 en Carolina del Norte.

Melkersen ha calificado esta respuesta como basura y una táctica para posponer su día de ajuste de cuentas. Así que Volkswagen, inmerso aún en las compensaciones y recompras por el Dieselgate en Estados Unidos, cuya cifra asciende a más de 25.000 millones, se ha visto acorralado por unos experimentos que pensaba que no saldrían a la luz, y de los que se han desvinculado BMW y Daimler. Ya han rodado algunas cabezas en las tres compañías involucradas; en Volkswagen en concreto, el responsable de su unidad de sostenibilidad, Thomas Steg. Lo único que sabemos es que estamos deseando ver Dirty Money.
Comentarios
Publicar un comentario